9.9.20


Desafuero fallido: el “mejor sistema posible” como imposible

1a. quincena, septiembre 2020

El “sistema” en cuestión

Una vez que se cerró el período totalitario que se denominó en el Uruguay “dictadura”, la nueva institucionalización democrático-representativa fue presentada por sus adalides como “el mejor sistema posible”. Aunque la expresión presenta a la comunidad como “sistema”, con connotaciones de clausura, la frase parecía justificada por la imposibilidad de brindar una alternativa transformadora al “pasado reciente”, situación que aparejó asimismo la calificación de “restauración”, que cundió a su vez ante el retorno de la tradicional hegemonía ideológica de los partidos.

Tan sólo un lustro después la misma significación se vio respaldada por la escena mundial, en razón de la caída del sistema soviético que se presentaba como adversario estratégico del modelo democrático-representativo. Mientras tanto este último prosperaba, con distintas formulaciones y acaecimientos (algunos aciagos), en tanto que modelo de “forma-Estado”, que cundía también en el Tercer Mundo. Los partidos tradicionales de la izquierda e incluso algunos “guerrilleros arrepentidos”1 hicieron suya no sólo la fórmula, sino por igual la fe política en un porvenir venturoso, que desde entonces no podía pasar de “progresista”, esto es, de una Modernidad hacendosa.

Pasados 35 años de tal manifestación de fe inmutable, los mandatarios ubuescos que prosperan por doquier, las transnacionales mediáticas que perforan los equilibrios políticos, e incluso la Covid-19 que inducen las tecnologías de punta (sin dejar de favorecer las tecnologías de vacunación de la Covid-19),2 señalan una “fecha de vencimiento” del sistema supuestamente inmejorable. Asimismo, idénticos efectos sistémicos y sistemáticos (poder global, tecnología de punta, desarrollo “a distancia”) prosperan, particularmente desde oriente del globo. Tales aconteceres que provienen de regímenes condenables según las pautas del “mejor sistema posible”, señalan a las claras que no se entiende por tal “sistema” sino un desideratum singular, datado geopolíticamente.

Incluso en el Uruguay la opinión pública asiste a un juego de birlibirloque de la más rancia estirpe leguleya, cuando el general Manini se refugia en un artículo reglamentario para no cumplir la palabra dada de votar su propio desafuero, ya que en aras del designio supremo que comparecer ante la Justicia que propaló con aires de transparencia, queda siempre a su alcance la mera renuncia al cargo.



Chicanas partidistas



Ante la vergüenza de negarle al Poder Judicial la actuación que cabe en un tema que atinge directamente a la cuestión de la democracia, el Partido Nacional se abroquela en la simple y por demás manida chicana jurídica. La “argumentación jurídica” que aduce por la vía de expertos, exime a  Manini de denunciar una confesión de delito, cuando tal era su obligación (normada por ley).3 Interpretación leguleya si las hay, ya que parte de dos suposiciones a) que quien debe denunciar se encuentra habilitado para juzgar, a la manera de jurisconsulto, si debe hacerlo o no b) que la información de tales delitos no contiene asimismo, la de otros delitos conexos o vinculados. La cuestión en juego para los “blancos” ha sido sacarle las castañas del fuego a Manini, sobre todo en la perspectiva de un proceso que hubiera desgastado sobremanera la imagen de la coalición de gobierno, que lideran los propios nacionalistas. En el cálculo de costos, se prefirió el descrédito institucional a la polémica pública, señal por si faltara alguna, del curso mediático que siguen los asuntos públicos en la actualidad.

Desde el Frente Amplio el ex-ministro Bayardi denunció como una operación de inteligencia militar4 la difusión de las actas del Tribunal de Honor que juzgó en 2006 a Gilberto Vázquez, piedra del escándalo que expuso la plena significación del desafuero del senador y general en retiro Manini Rios, que solicitara inicialmente el Poder Judicial. El planteo de Bayardi adolece del exceso de artificio que “por demostrar demasiado termina por demostrar lo contrario”: al ilustrarnos acerca de las más finas operaciones de inteligencia militar, su análisis no deja de anotar que la corporación militar alcanzó una representación parlamentaria significativa. No parece llamativo desde hace mucho, que los militares se propongan intervenir en el sistema político, sino que más bien sorprende como el “sistema republicano” habilitó al “partido militar” a protagonizar, a través de Cabildo Abierto, cierto “irresistible ascenso” electoral, en particular, tras quince años de gobiernos frenteamplistas con mayoría parlamentaria.

Finalmente, el politólogo Daniel Chasquetti estima que el presidente Lacalle Pou salió “ganador” del fallido desafuero de Manini Rios, en cuanto este último admitió no votar su propia inhabilitación parlamentaria.5 Este anuncio habría desarticulado la decisión de algunos parlamentarios nacionalistas de votarlo, en caso de que lo hiciera el interesado. Esta vez el “mejor sistema posible” parece identificarse con una “suma cero” intra-partidaria. Chasquetti no parece interesarse en los efectos sobre la opinión pública de un descrédito de la honorabilidad parlamentaria que viene a agregarse, en particular, al inicio de un período de gobierno que se presentaba a sí mismo como “alternancia de transparencia”, pero además, en medio de una ley presupuestal quinquenal y de cara a una contienda electoral. Quizás cierta politología que se desarrolla entre nosotros está más atenta al tanteador partidario que al partido que se juega más allá de la partidocracia.



El ratón parió una montaña



A partir de la publicación de las Actas del Tribunal Militar que juzgara a Gilberto Vázquez en 2005 por Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, esta asociación6 se ha convertido en el principal catalizador de la escena pública uruguaya, que ya se encontraba movilizada en el mismo sentido por el desafuero propuesto por sí, para sí mismo, por el actual senador (y ex-general) Guido Manini Ríos. Esta escena no puede ser entendida como un efecto de generación espontánea, sino como consecuencia derivada de los límites de (im)posibilidad del “mejor sistema posible” desde la reinstitucionalización de la democracia representativa, en 1985. Aunque tales límites surgieron de  distintas actuaciones partidarias, la peor provino del sector de “guerrilleros arrepentidos” liderado por Mujica y Fernández Huidobro, que desalentaron la votación pro-DDHH de su propio sector (el MPP) en la segunda instancia referendaria contra “la Ley de Punto Final uruguaya”, en 2009.7

Entre todos estos avatares adversos, el pequeño grupo de activistas que lucha por la verdad del destino de sus deudos, mantuvo la llama y alimentó un movimiento de opinión por “verdad y justicia”, que ya se encuentra, en razón del apoyo masivo que concita, en vías de convertirse en un movimiento social, particularmente entre los jóvenes.

El cisma que tiende a instalarse entre el campo institucional de Estado y la sensibilidad pública respecto al tema de los detenidos desaparecidos, proviene de una transformación ingente de la urdimbre social, retroalimentada en su propio campo por la amplificación y articulación entre sí de los medios de comunicación.8 Como efecto de la edificación tecnológica de la comunidad, los medios masivos clásicos (sobre todo radio y televisión abierta) se refuerzan a través de los medios masivos de internet (portales y sitios web), replican tendencias de sensibilidad que se pronuncian independientemente por redes (whatsapp, facebook, twitter, etc.), las que a su vez incorporan contenidos de sitios individuados (blogs, fan pages, etc.).

Tal resonancia mediática sobre la sensibilidad mayoritaria, movilizada a partir de los propios registros éticos anclados en la comunidad, genera un proceso que subroga y subordina a la antigua representación institucional. Se erosiona ante todo el principio de soberanía, que convertía en gubernamentalidad singular una dominación estratégica.

No se trata de un cambio en el poder (en un sentido “reformista” o “revolucionario”) sino de una transformación de los registros vigentes del poder, en el que intervienen como factores de primera gravitación (aunque no exclusivamente) las empresas multinacionales y las corporaciones tecnológicas, a fortiori, cuando se superponen entre sí. Ante un “abajo que se mueve”, incluso con signos políticos y estratégicos contradictorios e incluso antagónicos, la índole soberana de la representación de Estado luce cada vez más desvaída y derivada del actual proceso mediático.

Los efectos sobre la sensibilidad mayoritaria de esta estructura alternativa, que surge como consecuencia de una transformación de la sensibilidad pública, explica que un grupo de deudos de militantes desaparecidos, que no profesa ideología alguna, sin otro programa que conocer el destino de sus seres queridos, así como no adhiere a ningún partido, sino que antes bien, los acusa de negligencia ética a todos por igual, se erija en el principal catalizador de la escena pública uruguaya.



Desafuero fallido: el primer capítulo uruguayo de la alternancia fallida mundial9



Las secuencias de substitución gubernamental entre “derecha” e “izquierda” (y viceversa) de un mismo sistema institucional se han sucedido como otras tantas alternancias fallidas de lo mismo. Mitterrand-Chirac, Sarkozy-Hollande-Macron en Francia, González-Aznar-Zapatero-Rajoy-Suárez en España, Lagos-Piñera-Bachellet-Piñera en Chile, C.Fernández-Macri-A.Fernández en la Argentina y les siguen Brasil y Uruguay. La “alternancia fallida” surge en cuanto la continuidad democrático-representativa se alcanza al precio de una distancia cada vez mayor con la sensibilidad pública mayoritaria. La intervención de instancias que condicionan la esfera gubernamental (organismos internacionales, empresas transnacionales, corporaciones estamentarias, empresas de encuestas y comunicación), sumadas y articuladas entre sí, se vuelve condición sine qua non de la propia reproducción electoral y por consiguiente, reduce a una mínima expresión la determinación político-partidaria de la representación de Estado.
  El ascenso de la presión de la corporación militar sobre la gubernamentalidad supuestamente democrática del Uruguay, instalada ahora incluso como partido pro-militar en el propio Parlamento, es la mejor expresión de cómo la democracia representativa uruguaya regresa al punto de partida que se había dado como alternativa en 1985: salir del régimen totalitario cívico-militar.

El “mejor sistema posible” se ha vuelto imposible en el sentido de la viabilidad pública, por más que se lo siga celebrando como desideratum, para perdurar bajo un viso fabulatorio: “un imposible”.


1“Jorge Zabalza: Mujica y Huidobro facilitaron la impunidad en los últimos años” Montevideo Portal (3/09/20) https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Jorge-Zabalza--Mujica-y-Huidobro-facilitaron-la-impunidad-en-los-ultimos-anos--uc763454

2Acerca de la circularidad tecnología-contagio-curación, ver en este blog “Tecnovirus: el contagio de gobierno”: https://ricardoviscardi.blogspot.com/2020/04/tecnovirusel-contagio-de-gobierno-2a.html

3“Nacionalistas opinan que no hay formación de causa para el desafuero de Manini” La Diaria (29/08/20) https://ladiaria.com.uy/politica/articulo/2020/8/nacionalistas-opinan-que-no-hay-formacion-de-causa-para-el-desafuero-de-manini/

4“Bayardi: actas de Gilberto Vázquez fueron anexadas por militar para favorecer a Manini” Montevideo Portal (2/09/20) https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Bayardi-actas-de-Gilberto-Vazquez-fueron-anexadas-por-militar-para-favorecer-a-Manini-uc763307

5“Chasquetti opinó que Lacalle fue “el principal ganador” del final del tema Manini” Montevideo Portal (08/09/20) https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Chasquetti-opino-que-Lacalle-fue-el-principal-ganador-del-final-del-tema-Manini-uc763922

6Madres y familiares de detenidos desaparecidos: https://desaparecidos.org.uy/actividades/

7Olivera, Raúl “Lo que pudo y debió hacer, y no hizo” Brecha (12/10/18) https://brecha.com.uy/lo-pudo-debio-no/

8Ver al respecto Viscardi, R. “La mediación-medición o viceversa”, Acta Académica. Recuperado de: https://www.aacademica.org/ricardo.g.viscardi/5

9Ver en este blog “Chile: alternancia fallida, alternativa de contragobierno” https://ricardoviscardi.blogspot.com/2019/10/alternativaa-la-alternancia.html