Mambrú a cielo abierto
2ª quincena octubre 2011
Ir al fondo de las cosas, sobre todo a cielo abierto, supone mega-emprendimientos, mega-empresas y megalomanía. El primero en sucumbir ante su propio cielo fue Narciso. Mambrú, por el contrario, muere en el campo de batalla, pero sólo en la canción, ya que sus enemigos lo dieron por muerto cuando seguía en vida. Las dos figuras resumen, Narciso por su vértigo consigo mismo y Mambrú por morir sólo en una canción, la imposibilidad terráquea de la realidad terrena: siempre se vive -y por lo tanto también se muere, ante un cielo.
Ni el mito ni la narración popular presentan la realidad anclada al relato, pero la modernidad sí, porque le es necesario fundar un orden que se sostenga en su formulación y por lo tanto, en su forma de expresión. De ahí que la conciencia se erija en árbitro supremo ante sí misma, decidiendo tanto renunciar (a una realidad) como pronunciar (un relato).
El Vázquez que se retira, en renuncia a la política pública, es el mismo que pronuncia su profesión de fe ponsombiana[1], dando testimonio contra sí mismo y a favor de los ambientalistas entrerrianos, así como confirma a quienes denunciamos –escuchados tan sólo por unos pocos “bien montaos”, su calidad de operador de la mundialización[2]. Profesa, con raciocinio incluido, que Uruguay debe seguir una estrategia anti-latinoamericana para llegar a consolidar su propia existencia. O sea, que tal existencia es un fruto ajeno a su ser. No terminaron aún de desarmarse los escenarios del equívoco mega-festejo oriental/uruguayo, binario por confusión aunque no necesariamente por centenario, cuando ya cunde esa profesión de fe mundialista del miembro más conspicuo del partido de gobierno[3].
Vázquez no admite la equivocidad, porque erradica científicamente la equivocación y merece ante sí mismo la univocidad. Por vía de consecuencia, se retira de la vida pública ante la condena de miembros de su propio partido, sin admitir que reivindica una consecuencia consigo mismo que denota, de cara a los efectos públicos que acarrea manifestarla, una inconsecuencia del compromiso asumido ante los demás. Esa confrontación entre lo que quiso decir y lo que entienden los demás cuando finalmente lo hace público, condena ante todo políticamente la intención que le encomendara transmitir a Condoleeza, con destino a Bush[4].
Contrariamente a una renuncia compungida tan sólo en el fuero íntimo, pero allí incluso remitida a una declaración “inoportuna”[5], la verdad pública necesita que Vázquez admita la significación que adquiere, ante sus propias declaraciones sobre aquel pasado, que en torno al conflicto Botnia-Gualeguaychú una transnacional le agradeciera a un presidente supuestamente de izquierda los favores recibidos[6].
En segundo lugar, los mismos que hoy consideran un error los dichos del expresidente sobre lo que hizo, ayer militaban convencidos en su fuerza política y su gobierno mientras lo hacía/decía. Ninguno dejó de soslayar con el silencio un pasado que los condena, a la luz del entreguismo diplomático que hoy se profesa y confiesa.
Se esperaría que quienes apoyaron a Vázquez en aquel pasado, admitan hoy que la defensa de Botnia revela, por la vía de las propias declaraciones de su líder, haber ido efectivamente a favor de la consolidación de la más rancia dominación mundial[7]. Felicitarse como hacen muchos de la hidalguía de Vázquez al aceptar su desliz, lejos de probar ninguna inocencia, destaca por la misma consistencia que se subraya en la figura del expresidente, la condición reflexiva y la elaboración sistemática que constituyeron una actuación.
Hasta tanto Vázquez no admita haber actuado mal y no sólo haber declarado mal a posteriori, persiste y signa en el sentido de antaño, con un alcance de convicción que cubre la trayectoria del conflicto más importante de su mandato, con la mayor trascendencia política para su entorno. ¿No acaba Lacalle de declarar que él habría murmurado lo mismo al oído de Bush, sólo que lo hubiera admitido mucho más tarde? Quienes no sabían que Vázquez le susurró a Condoleeza su deseo de cobijarse bajo el buche del águila imperial, hasta tanto no declaren ahora su condena de lo actuado por el expresidente, coinciden con Lacalle en el fondo: el error fue tan sólo no decirlo en las calendas griegas. Tal silencio ante lo revelado de una falencia persiste y signa, a favor de la política que se siguió sobre el conflicto Botnia-Gualeguaychú.
La transparencia megalómana de Vázquez de cara a un perfil electoral en vías de elaboración, no es mera torpeza[8] sino ante todo consecuencia egolátrica forzada por un giro de actualidad adverso, en cuanto la desactivación del famoso conflicto en tan sólo seis meses y aún por parte de un sucesor surgido de su entorno, demostró la parte decisiva, aunque no exclusiva, que le cupo personalmente en el armado de aquel tinglado. Azuzada por la imperiosa semblanza del perfil presidencial del Frente Amplio para 2014, ante el éxito de la alternativa que condujo Mujica, tal consecuencia consigo mismo de cara a un presente acuciante, suscitó un lapsus político tan inesperado como cualquier lapsus, pero singularmente revelador, quizás por haberse colado por debajo de una impostura prolongadamente sostenida.
Tal sobrecarga de idoneidad moral encuentra su contrapeso natural en la ambigüedad de los que hacen caudal de toda oportunidad, arguyendo que la política supone el “arte de lo posible”. Tal arte que sostiene la parte artera de la realidad, comparte por el otro extremo una misma autosuficiencia narcisista con la formulación verificadora, aunque el narcisismo de estos artistas no se dedica a la correlación veraz entre lo dicho y el hecho, sino a la invención falaz del maquillaje oportuno.
En el postulado de la transparencia de la conciencia ante sí misma, tanto se exige que la realidad y la formulación de su exsencia (existencia y esencia por igual) correspondan entre sí, como se pretende que un artilugio es verídico como mero efecto del “arte de la política”. Tal arte artero, que acomoda las cosas a guisa de eficacia a alcanzar, es lo propio de la manipulación.
El infortunio egolátrico de Vázquez corresponde (vaya redundancia, entraña la correspondencia consigo misma de una conciencia) a la necesidad de interrogarse con rectitud conceptual en relación al eje vertebral de su actuación, cuando el Frente Amplio acaba de ungirlo miembro impar del plenario orgánico de la “fuerza política”. Correlativamente, numerosos analistas lo erigen –incluso tras el desliz mediático- en el candidato imbatible del Frente Amplio, como efecto por extensión de un presente de bonanza económica y ante la carencia de alternativas verosímiles por parte de la oposición.
El resbalón de Vázquez en versión propia del autor viene, con particular puntualidad táctica, a confortar la confusión entre el Frente Grande y el Frente Amplio, que no hace sino engordar la idea de un Frente Gordo (Amplio más Grande da Gordo). No necesariamente por la anatomía de sus protagonistas, sino en cuanto éstos aprovechan la fantasmagoría educativa para desarrollar una curiosa interpelación a coro del otro por sí mismo. Tales miraditas electorales de reojo ya tuvieron un inicio auspicioso, sobre el suelo de la ambivalencia uruguaya-oriental del inicio de los “festejos del bicentenario”, continuados a su vez en cruces furtivos y solaces durante la propia “Patria Gaucha”[9].
Ante lo que se propala desde el Pit-Cnt acerca de los dos gobiernos frenteamplistas en una perspectiva de igualdad, educativa incluso, la posibilidad de ganar votos por la izquierda tiende a esfumarse del horizonte amplio, desamparo de auspicios sociales que favorece una perspectiva gorda[10]. El Frente Gordo hará la vista gorda a las imputaciones de partidocracia y estadocentrismo que vuelven a resonar en el campo social uruguayo por primera vez, treinta años después de que tales voces cundieran en los últimos tramos de la lucha antidictatorial. Ahora surgen de cara a un gobierno de izquierda, el mismo que favorece la “reforma del Estado”, que por ahora no hace sino reformar sus apoyos ideológicos y sociales[11].
En tanto confluencia de sectores políticos y sociales, la perspectiva del Frente Grande cunde en la calle sin distinción institucional, pese a quienes insisten en embanderarse con Sendic haciendo lo contrario a aquella prédica que reivindican en el monumento. En particular, cuando al tiempo que resonaba el escándalo político generado por la moral del “self made man”, desfilaba por las calles de Montevideo un reagrupamiento contra la megaminería a cielo abierto, tan abigarrado en pertenencias y orígenes que confunde campo y ciudad, derecha e izquierda, tierra y antiempresismo[12].
La mega-política corresponde a una sociedad que no reconoce fronteras, porque no las tiene un enfrentamiento global entre la megaminería y el equilibrio ecológico, el mega-empresismo y el equilibrio social, la megalomanía y el equilibrio emocional. La mega-política corresponde a un tránsito simbólico que todo lo pone en cuestión, a partir de la percepción de un equilibrio glocal que se sostiene ante sí, pero no exclusivamente ante sí mismo.
[1] Ver al respecto las declaraciones del propio Vázquez acerca de la estrategia internacional propia de “un país pequeño”: “Fantastic”, La Diaria (13/10/11) Montevideo http://ladiaria.com/articulo/2011/10/fantastic/
[2] Al respecto ver Viscardi, R. (2006) Celulosa que me hiciste guapo, Lapzus, Montevideo, en particular “Una eternidad uruguaya de victorias sobre Argentina: Botnia (exergo)” pp.7-10 y “El río (Uruguay) del Otro” pp. 32-40.
En versión digital: el subtítulo “El Mercado y el Marcado” y subtítulos siguientes en Viscardi, R. “El río (Uruguay) del Otro” Compañero http://www.pvp.org.uy/viscardi2.htm
[3] El Plenario del Frente Amplio designó recientemente a Tabaré Vázquez miembro especial del mismo, en una actuación que alcanza ribetes de homenaje y reconocimiento institucional. Ver “Se realizó el plenario” Frente Amplio http://www.frenteamplio.org.uy/node/6512
[4] “Vázquez evaluó conflicto armado” La República (12/10/11) Montevideo http://www.lr21.com.uy/larepublica/2011/10/12/nota/475494
[5] “Adiós a las armas” Montevideo Portal (13/10/11) http://www.montevideo.com.uy/notnoticias_151044_1.html
[6] “Botnia agradeció apoyo” Portal del Uruguay (06/03/08) http://www.portaldeluruguay.com/index.php?option=com_content&task=view&id=4033&Itemid=132
[7] Jelen, M. “De lo peor” La Diaria (14/10/11) http://ladiaria.com/articulo/2011/10/de-lo-peor/
[8] El análisis de Marcelo Pereira al respecto es más atinado que la lectura moralista del “error asumido”, pero a nuestro entender no llega a explicar el lapsus en tanto tal: Pereira, M. “Tabaré Coloquios” La Diaria http://ladiaria.com/articulo/2011/10/tabare-coloquios/
[9] Viscardi, R. “Bicentenario, Patria Gaucha y Patria Chaucha: no es lo mismo, pero da igual” http://ricardoviscardi.blogspot.com/2011/05/bicentenario-patria-gaucha-y-patria_312.html
[10]“Frente Sindical León Duarte a los trabajadores” (06/10/11) http://es.scribd.com/doc/67825975/Frente-Sindical-LEON-DUARTE-a-los-trabajadores-6-10-2011
[11] Ver “Comunicado de COFE” en “Castillos en el aire” Montevideo Portal (10/10/11) http://www.montevideo.com.uy/notnoticias_150698_1.html
[12] “Protesta antiminera a caballo y a pie ante el Palacio” La República (13/10/11) Montevideo http://www.lr21.com.uy/politica/475604-protesta-antiminera-a-caballo-y-a-pie-frente-al-palacio
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