31.10.11

Vida universitaria: el voto en blanco y el rebaño de Nietzsche


1ª quincena noviembre 2011


Nietzsche destaca la condición perniciosa de la historia con relación a la vida, que motiva la envidia del humano ante la felicidad del animal, en cuanto la bestia ignora la pregunta por el tiempo. Sin embargo, la única información agregada que nos facilita el autor de las Consideraciones Intespestivas acerca de la especie del animal en cuestión, no nos deja en claro sino que forma parte de un rebaño, condición gregaria que lo vincula a una clase de herbívoro relativamente indefinida[1]. La figura literaria tiende espontáneamente sin embargo hacia el ganado lanar, en cuanto la conducta apacible e indolente lo caracteriza en mayor medida que a los bovinos, mientras el brío de los equinos y la hosquedad de los caprinos los aleja por igual de la evocación nietzscheana[2].

La intespestividad nietzscheana es relativamente indiferente respecto a la condición propia de la inteligencia animal, en tanto su objetivo consiste ante todo en distinguir el hiato que separa la inteligencia humana de la humana felicidad. Desde el punto de vista de Nietzsche la inteligencia humana ganaría en mucho abriendo paso a un sentir que transformaría incluso el sentido de la propia vida[3]. Se trata ante todo de subrayar la continuidad entre la vida animal y la inteligencia humana, en una acepción de “inteligencia” que no se reduce, desde entonces, al elemento formalizado deliberadamente.

Como se sabe, Nietzsche se ocupó particularmente de las cuestiones públicas e institucionales relativas al saber, en cuanto desde su punto de vista el conocimiento trasciende la mera formalidad cognitiva, a partir de una actividad humana que sostiene la elaboración intelectual. Inversamente, la actividad académica aparece en Nietzsche frecuentemente interrogada desde el punto de vista de la convivencia humana, que a su entender refleja las calidades propias de la actividad cognitiva[4].

Contrariamente a la interrogación que para el mismo autor se plantea ante la carencia cognitiva de la vida animal – en cuanto el animal olvidaría, incluso antes de formularla, toda cuestión dirigida al ser humano, quizás presente en persona-[5], la vida universitaria ha abandonado toda manifestación inteligente ante el acuciante voto en blanco que surge de las últimas elecciones universitarias[6]. Tal anomia crítica pareciera más cerca de la felicidad que ensalzaba Nietzsche en la condición animal, en cuanto olvidaría la expresión incluso antes de llegar a expresarse, que de la infelicidad como efecto de la interrogación que el humano se dirige a sí mismo, ante el paso del tiempo histórico.

Si bien la inteligencia universitaria parece particularmente interpelada por sus propias manifestaciones anómicas, la cuestión del voto en blanco trasciende en mucho a la grey universitaria, tanto por el cariz problemático que adquirió recientemente en el desarrollo del Frente Amplio –llevado por lo mismo a rever sus estructuras internas[7]- como en razón de la íntima vinculación –esa sí histórica- entre el demos universitario y la base electoral de la izquierda –Frente Amplio incluido.

Por consiguiente, el voto en blanco universitario se erige en tanto índice significativo del contexto electoral uruguayo desde las últimas elecciones departamentales[8], tanto en razón del carácter obligatorio que comparte con la elección de autoridades nacionales, como en razón de la idiosincrasia política que vincula estrechamente la voluntad universitaria a la izquierda en el Uruguay.

Un análisis politológico a partir de datos proporcionados por encuestas de opinión señalaba recientemente, incluso con anterioridad a las elecciones universitarias de mediados de octubre, el carácter estratégico del voto en blanco a escala nacional, paradójicamente ignorado ante todo por los propios partidos políticos. A partir de los datos encuestados surge una indiferencia electoral con relación a las opciones partidarias, que se traduce tanto en una fuga del sufragio de izquierda, como en la misma renuencia a entregarlo a un caudal electoral recuperado por la derecha[9].

Por si esto no fuera suficiente aliciente para la actividad crítica, los nubarrones de tempestad histórica, cargados de infelicidad tras el paso del tiempo nietzscheano, no dejan de acumularse en el horizonte universitario. Incluso desde filas gremiales comienzan a alzarse voces que denuncian tanto el descaecimiento de la asociación ideológica entre el campo educativo y la izquierda, como un contubernio partidocrático destinado a someter toda actividad educativa al designio político-partidario[10].

El relativo silencio que ha asumido la Universidad de la República con relación al cuestionamiento del programa universitario, propuesto al unísono por el oficialismo y la oposición, en particular con relación a la multiplicación territorial e incluso profesional de universidades[11], se funda en una confianza tácita acerca de la alianza histórica entre la izquierda y la universidad pública. Esta confianza pareciera apoyarse tanto en la integración del staff oficialista, fuertemente cargado de docentes que han ejercido responsabilidades de gobierno en la misma universidad pública, como en una apelación ideológica tecno-científica que no deja de destacar el rol de una institución que concentra cerca del 80% de la investigación desarrollada en el país.

Sin embargo el reciente porcentaje del voto en blanco universitario parece señalar que esa percepción predominante en el gobierno universitario no concita la confianza del demos ni en participación ni en perspectiva, a la luz de porcentajes de voto en blanco y anulado que en algunos órdenes y facultades, particularmente conspicuas en política universitaria, se acerca incluso al 40%.

Por otro lado, iniciativas tales como Apacet (Agencia para el aseguramiento de la calidad de la enseñanza terciaria) tienden a erosionar la misma confianza, en cuanto colocan la soberanía electoral, que da lugar a la autonomía educativa, a la merced de una evaluación sustentada en estándares técnicos internacionales[12]. Desde este punto de vista, el proceso de globalización se expande en el conjunto de la estructura institucional del Uruguay, comportando signos ideológicos diversos y encontrados, ya se trate de derechos humanos, desarrollo universitario o probidad financiera[13].

En efecto, la condición orgánica de la estructura moderna de los estados-nación supone una integración funcional y corporativa que la globalización tiende a disolver en cuanto la permea y somete al influjo de sus propias tendencias y perspectivas. Tal desequilibrio histórico no puede sin embargo llegar a ser corregido a la manera de una apelación nietzscheana a la vida, porque en la globalización vida e historia se confunden en aras de la tecnología, que incluso crea vida artificial in vitro o historia híbrida por contagio comunicacional, como en el caso del bicentenario de la independencia, que celebramos cuando ya fue rioplatense (2010) o todavía no es uruguayo (2030).

A la universidad le cabe, en tal desarreglo de perspectivas e ideales, buscar el equilibrio propio de una condición ordenada. Será difícil sin embargo, hacerle lugar a partir del propio sistema político, en cuanto su representación pública refleja ante todo la adaptación a un concierto internacional, cuyas luctuosas alternativas, desde el punto de vista de la “razón de Estado”, incluso acaba de develarnos un expresidente[14]. Pareciera por lo tanto que la vida universitaria supondrá un reencuentro con ámbitos y equilibrios que el voto en blanco no puede indicar por su propio desapego histórico (en términos nietzscheanos de indicar por donde pasa el tiempo), pero que ayuda sin embargo a despistar como efectos colaterales de la globalización, al subrayar la índole de perspectivas que no concitan la movilización universitaria.


[1] Ver al respecto la entrada “rebaño” en el diccionario de la Real Academia Española: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=cultura

[2] Nietzsche, F. (1988) Seconde Considération Intespestive, Flammarion, Paris, p. 75.

[3] Op.cit.p.77

[4] Nietzsche, F. (2007) Fragmentos póstumos, Tecnos, Madrid, pp.453-454.

[5] Nietzsche, F. (1988) Seconde Considération Intespestive, Flammarion, Paris, p. 75.

[6] El inicio del sitio de la Corte Electoral presenta sobre las elecciones universitarias del 19 de octubre pasado tres ítems de información: “consulta por lemas”, “voto en blanco total” y “elecciones universitarias 2011”, ordenamiento de la información que ya la califica en esos titulares: http://universitarias2011.corteelectoral.gub.uy/

[7] Ver al respecto el análisis acerca de las elecciones municipales por departamento del 2010 en “Documento de la comisión especial del Plenario Nacional” Frente Amplio http://www.frenteamplio.org.uy/files/18.11.10_doc_base_comision_esp_plenario_nacional.pdf

[8] Ver al respecto en este blog “En blanco o anulado: el voto testigo” http://ricardoviscardi.blogspot.com/2010/05/en-blanco-o-anulado-el-voto-testigo-2.html

[9] “Bottinelli advierte que creció la cantidad de personas que anuncian voto en blanco o anulado, lo que debe “preocupar” a los partidos” Búsqueda (13/10/11) Montevideo, p.9. Versión digital en la revista Factum http://www.factum.edu.uy/node/299

[10] “Gremios no fueron convocados” La Red 21 (30/10/11) http://www.lr21.com.uy/politica/477721-gremios-no-fueron-convocados

[11] “Alinear las chacras” Montevideo Portal (30/10/11) http://www.montevideo.com.uy/notnoticias_152199_1.html

[12] Ver al respecto Viscardi, R. “Autonomía universitaria y crisis de soberanía” (2011) Fermentario 5, FHCE—UdelaR http://www.fermentario.fhuce.edu.uy/index.php/fermentario/article/view/83/20

[13] Ver al respecto de la multilateralidad de la determinación globalista Derrida, J. (2001) L’Université sans condition, Galilée, Paris, p.16. Versión española en el sitio Derrida en castellano, sitio editado por Horacio Potel, http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/universidad-sin-condicion.htm (acceso el 31/10/11).

No hay comentarios: