17.7.15

Telegobernar lleva a contragobernar : Tsipras, Iglesias, Vázquez


2a. quincena, julio 2015


Ante la crisis griega el primer propósito de apaciguamiento de este blog se dirige al propio lector de esta actualización, quien pudiera quizás sospechar que proviene de nuestra cosecha la frase no tiene ningún sentido celebrar elecciones”.1 No, cara lectora, estimado lector, no se trata de uno más de lo tópicos desde aquí lanzados con el propósito de pautar (en el sentido publicitario del término) el contragobierno.

La sospecha que aqueja a todo lo que se dice, sobre todo cuando suena a promoción, nos fuerza a confesar que la frase proviene de un jefe de gobierno: el propio Tsipras. Si la declaración de por sí ya merecería integrar la antología del contragobierno, el párrafo que la fundamenta, a través de la descripción del desenlace del drama griego del euro (grexit: contracción de “Grece” y “exit”), pudiera servir de paradigma literario del bochorno que cubre de forma creciente al nacional-globalismo:2 en resumidas cuentas, unos dirigentes europeos (sic) desalmados obligan a un país que se expresó democráticamente, a ponerse de rodillas y sufrir el vejamen de hacer lo que votó no hacer. De ahí que en la declaración de Tsipras las elecciones hayan perdido todo sentido: ya se eligió en otro lugar lo que supuestamente sería representativo del propio lugar del votante.

Convendría quizás, sí, tras tantos desvelos críticos que se asumieron desde estas páginas más virtuales que virtuosas, recordar que ninguna originalidad política nos asiste como no sea filosófica (y esta última resulta además asaz dudosa, si se tiene en cuenta lo que han dicho nuestos mentores post-estructuralistas/modernos/analíticos): la crisis no afecta al efecto estatal sino a su fundamento representativo: la propia representación clásica y moderna.3

Parece que no, pero la filosofía acorta el camino, por lo menos y no parece poco de cara al presente, para no dar un giro decepcionado/decepcionante a lo Tsipras. Este giro bastante más severo que el de les petites marionnettes “qui font trois petits tours et puis s'en vont”, parece ante todo interpelar a otro vecino europeo, que tampoco va a poder, llegado el momento, salir del mapa de hierro del euro, en caso de encontrarse en situación análoga a la que afrontó Tsipras: Pablo Iglesias. Bastante más allá de la cuestión de la crisis puntual de Grecia, con todo el drama social que conlleva, la sinceridad antielectoral de la frase de Tsipras pone en tela de juicio la estrategia política desarrollada, en particular desde Podemos, para “subpoder” (entre “suponer” y “subponer”) los anhelos de Indignados.4

En ocasión de la visita de Pablo Iglesias a Montevideo, particularmente en el momento de su conferencia en la Facultad de Humanidades, le hicimos notar, entre otros que opinaban en el mismo sentido, que un acceso al poder de Estado iba a suponer para Podemos compromisos internacionales, en particular con los organismos mundialistas (la famosa “Troika”5 que le saltó al cuello a Grecia) que gatillarían una fatalidad irreversible, a partir de un ámbito formal de la institucionalidad, que sin embargo manifiesta ante todo una forma concentrada del discurso, es decir del poder. El poder no nace “de la punta del fusil”, como lo suponía desde el credo marxista Mao, sino que culmina allí, a partir del “paso por los labios” del “impulso espiritual”, como lo sostenía Guillermo de Humboldt.6 Por eso mismo conviene tener en cuenta que tal poder se puede usar en un sentido más amplio, contrariamente al que Podemos querría asumir, sobre todo en la sempiterna obligación (moral aunque no lo parezca) de lucir alguna ínfula.

Entiendo que la respuesta que nos dio Pablo Iglesias en aquella oportunidad, respetuosa con final condescendiente, encerraba mutatis mutandis ese imperativo moral: conviene no quedarse en discursos. Quizás la misma fuerza de convicción por obligación moral la expresó mejor su compañero Iñaki Errejón, quien nos espetó con menos miramientos, que Evo Morales había cumplido todo lo que otros habían declamado, precisamente, desde el lugar del Estado.

Sin embargo, el propio Morales ha puesto negro sobre blanco (o del color multinacional que se quiera), que su régimen no logra dar pasos sino a partir de los pies de los movimientos sociales. Convendría entender que un “Estado multinacional” no parece cumplir el paradigma representativo de un Estado-nación, sino en la medida en que un mismo enunciado se gesta en una multiplicidad de lugares y de saberes, o si se quiere, en un cotejo entre “posiciones de subjetidad” y “prácticas institucionales”.7 Lo que llega a ser lo mismo, como enunciado, no condice sino con lo que tantos otros han dicho, desde una base que la institucionalidad estatal (como cualquier otra institucionalidad) se esfuerza por recuperar.

La recuperación de Indignados desde Podemos parece al presente bastante inverosímil, a la vista del telegobierno que obliga al gobierno griego a hacer lo (que se supone) que no debiera, al menos, desde el punto de vista de la democacia representativa. El contragobierno surge, por esa misma razón, como la razonabilidad misma del telegobierno. Anteponer a la telenovela institucional de la escena mediática un por-venir de campañas de opinión pública, alianzas multisectoriales, contagios en red, que configuren una base siempre dispuesta a correrse, allí mismo donde el éxtasis (institucional) de la comunicación8 quisiera señorear. Como lo señalara Baudrillard, los que ejercen el poder saben que no existe,9 o sea, no configura una condición plena y satisfecha de sí misma, sino un permanente ejercicio virtuoso del corcho sobre la ola. Se trata entonces de aplicar esa línea de flotación, pero de abajo hacia arriba, es decir, hacer del poder una actualidad virtuosa de la movilización.

En tal sentido parece ir el registro presidencial que ha desarrollado Vázquez a partir de su segundo mandato, aún ahora en vías de perfilarse. Cierto narcisismo que acompaña las ínfulas presidenciales no admite, en clave uruguaya -es decir, del “país batllista”- una imagen de marca de derecha. Quizás como efecto del desteñido que Vázquez sufriera en el pasado (el TLC con Estados Unidos en particular) y otras tantas “tarjetas rojas” que le sacara la sensibilidad pública (como su famoso “llamado a la solidaridad” del propio Bush), el presidente en ejercicio no sólo “hace lugar” a conspicuas presiones ciudadanas, en particular del PIT-CNT,10 sino que incluso ha llegado a proponer un sistema de “consultas populares” destinado a captar el sentimiento reivindicativo de una multiplicidad de sectores de base.11

Esta situación no debe despreciarse en su significación, porque no la inventó ningún presidente, tampoco Vázquez, sino que es efecto de las campañas que marcaron su camino, en particular a partir de la denuncia contra la extranjerización de la tierra, pero asimismo en torno a los DDHH, así como de la denuncia sobre la contaminación ambiental y alimentaria. Sin duda se han ensayado y se ensayarán emulaciones de Podemos entre nosotros, que pretenderán decirnos, con aires de “Nueva Izquierda”, que se forjará una institucionalidad representativa de los movimientos y de una “agenda de derechos”. Convendría recordarles el presente de presentes griegos, así como el Podemos que se mira en el espejo de Narciso.



1Martínez, A. “Tsipras dice” La Diaria (15/07/15) http://ladiaria.com.uy/articulo/2015/7/tsipras-dice/
3Que supone “el lugar del Rey”, tanto en Las Meninas de Velázquez como en el lugar que le dio Foucault en Las palabras y las cosas, que reproduce la propia imagen de la representación al fin del tomo.
4Podemos surge con el planteo de transferir al plano de la política institucional el movimiento de protesta que se denominó Indignados. Ver “Podemos nuevo proyecto político “para convertir la indignación en cambio” El Mundo (17/01/14) http://www.elmundo.es/espana/2014/01/17/52d92f6e268e3e965b8b4575.html
5Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Comisión Económica Europea.
6 von Humboldt, W. (1990) Sobre la diversidad de la estructura del lenguaje humano y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la humanidad, Antrhopos, Barcelona, pp.76-77.
7Foucault, M. (1969) L’archéologie du savoir, Gallimard, Paris, pp.68-74.
8“El éxtasis de la comunicación” es el título del primer capítulo de “El otro por sí mismo”, de Jean Baudrillard.
9Baudrillard, J. (1978) Olvidar a Foucault, Pre-textos, Valencia, pp.21-22 http://daniellargo.com/wp-content/uploads/2014/12/Baudrillard-Jean-Olvidar-A-Foucault.pdf
10Correa, J. “Salarios: PIT-CNT presiona para incidir en las pautas” El País (28/05/15) http://www.elpais.com.uy/informacion/salarios-pit-cnt-presiona-incidir.html  
11“Vázquez se propone “gabinetes” de dos o tres días en el interior” El Observador (17/11/14) http://www.elobservador.com.uy/vazquez-se-propone-gabinetes-dos-o-tres-dias-el-interior-n292297