Telegobernar
lleva a contragobernar : Tsipras, Iglesias, Vázquez
2a.
quincena, julio 2015
Ante
la crisis griega el primer propósito de apaciguamiento de este blog
se dirige al propio lector de esta actualización, quien pudiera
quizás sospechar que proviene de nuestra cosecha la frase “no
tiene ningún sentido celebrar elecciones”.1
No,
cara lectora, estimado lector, no se trata de
uno más de lo tópicos desde aquí lanzados con el propósito de
pautar (en el sentido publicitario del término) el contragobierno.
La
sospecha que aqueja a todo lo que se dice, sobre todo cuando suena a
promoción, nos fuerza a confesar que la frase proviene de un jefe
de gobierno: el propio Tsipras. Si la declaración de por sí ya
merecería integrar la antología del contragobierno, el párrafo que
la fundamenta, a través de la descripción del desenlace del drama
griego del euro (grexit:
contracción de “Grece” y “exit”), pudiera servir de
paradigma literario del
bochorno
que cubre de forma creciente al
nacional-globalismo:2
en resumidas cuentas, unos
dirigentes europeos (sic) desalmados obligan a un país que se
expresó democráticamente, a ponerse de rodillas y sufrir el vejamen
de hacer lo que votó no hacer. De ahí que en
la declaración de Tsipras las
elecciones hayan perdido todo sentido: ya se eligió en otro lugar lo
que supuestamente sería representativo del propio lugar del votante.
Convendría
quizás, sí, tras tantos desvelos críticos que se asumieron desde
estas páginas más virtuales que virtuosas, recordar que ninguna
originalidad política nos asiste como no sea filosófica (y esta
última resulta además asaz dudosa, si se tiene en cuenta lo que han
dicho nuestos mentores post-estructuralistas/modernos/analíticos):
la crisis no afecta al efecto estatal sino a su fundamento
representativo: la propia representación clásica y moderna.3
Parece
que no, pero la filosofía acorta el camino, por lo menos y no parece
poco de cara al presente, para no dar un giro
decepcionado/decepcionante a lo Tsipras. Este giro bastante más
severo que el de les petites marionnettes “qui font trois petits tours et puis s'en
vont”, parece
ante todo interpelar a otro vecino europeo, que tampoco va a poder,
llegado el momento,
salir del mapa de hierro del euro, en
caso de encontrarse en situación análoga a la que afrontó
Tsipras: Pablo Iglesias. Bastante
más allá de la cuestión de la crisis puntual de Grecia, con todo
el drama social que conlleva, la sinceridad antielectoral de la frase
de Tsipras pone en tela de juicio la estrategia política
desarrollada, en particular desde Podemos,
para “subpoder” (entre
“suponer” y “subponer”)
los anhelos de Indignados.4
En
ocasión de la visita de Pablo Iglesias a Montevideo, particularmente
en el momento de su
conferencia en la Facultad de Humanidades, le hicimos notar, entre
otros que opinaban en el mismo sentido, que un acceso al poder de
Estado iba a suponer para Podemos compromisos
internacionales, en particular con los organismos mundialistas (la
famosa “Troika”5
que le saltó al cuello a Grecia) que gatillarían una fatalidad irreversible, a
partir de un ámbito formal
de la institucionalidad, que sin embargo manifiesta ante todo
una forma concentrada del discurso, es decir del poder. El
poder no nace “de la punta del fusil”, como lo suponía desde el
credo marxista Mao, sino que culmina allí, a partir del “paso por
los labios” del “impulso espiritual”, como lo sostenía
Guillermo de Humboldt.6
Por eso mismo conviene tener en cuenta que tal poder se puede usar en
un sentido más amplio, contrariamente al que Podemos querría asumir, sobre todo en la
sempiterna obligación (moral aunque no lo parezca) de lucir alguna
ínfula.
Entiendo
que la respuesta que nos dio Pablo Iglesias en aquella oportunidad,
respetuosa con final condescendiente, encerraba mutatis
mutandis ese imperativo moral:
conviene no quedarse en discursos. Quizás la misma fuerza de
convicción por obligación moral
la expresó mejor su compañero Iñaki Errejón,
quien nos espetó con menos miramientos, que Evo Morales había
cumplido todo lo que otros habían declamado, precisamente, desde el
lugar del Estado.
Sin
embargo, el propio Morales ha puesto negro sobre blanco (o del color
multinacional que se quiera), que su régimen no logra dar pasos sino
a partir de los pies de los movimientos sociales. Convendría
entender que un “Estado multinacional” no parece cumplir el
paradigma representativo
de un Estado-nación, sino en la medida en que un mismo enunciado se
gesta en una multiplicidad de lugares y de saberes, o si se quiere,
en un cotejo entre “posiciones de subjetidad” y “prácticas
institucionales”.7
Lo que llega a ser lo mismo,
como enunciado, no condice sino con lo que tantos otros han dicho,
desde una base que la institucionalidad estatal (como
cualquier otra institucionalidad) se
esfuerza por recuperar.
La
recuperación de Indignados
desde Podemos parece
al presente bastante inverosímil, a la vista del telegobierno que
obliga al gobierno griego a hacer lo (que
se supone)
que no debiera, al menos, desde el punto de vista de la democacia
representativa. El
contragobierno surge, por esa
misma razón, como la
razonabilidad misma del telegobierno. Anteponer a la telenovela
institucional de la escena mediática un por-venir
de campañas de opinión
pública, alianzas
multisectoriales,
contagios en red, que configuren una base siempre dispuesta a
correrse, allí mismo donde el éxtasis (institucional)
de la comunicación8
quisiera señorear. Como lo señalara Baudrillard, los que ejercen el
poder saben que no existe,9
o sea, no configura una condición plena y satisfecha de sí misma,
sino un permanente ejercicio virtuoso del corcho sobre la ola. Se
trata entonces de aplicar esa línea de flotación, pero de abajo
hacia arriba, es decir, hacer del poder una actualidad virtuosa de
la movilización.
En
tal sentido parece ir el registro presidencial que ha desarrollado
Vázquez a partir de su segundo mandato, aún ahora en vías de
perfilarse. Cierto narcisismo que acompaña las ínfulas
presidenciales no admite, en clave uruguaya -es decir, del “país
batllista”- una imagen de marca de derecha. Quizás como efecto del
desteñido que Vázquez sufriera en el pasado (el TLC con Estados
Unidos en particular) y otras tantas “tarjetas rojas” que le
sacara la sensibilidad pública (como su famoso “llamado a la
solidaridad” del propio Bush), el presidente en ejercicio no sólo
“hace lugar” a conspicuas presiones ciudadanas, en particular del
PIT-CNT,10
sino que incluso ha llegado a proponer un sistema de “consultas
populares” destinado a captar el sentimiento reivindicativo de una
multiplicidad de sectores de base.11
Esta
situación no debe despreciarse en su significación, porque no la
inventó ningún presidente, tampoco
Vázquez, sino que es efecto
de las campañas que marcaron
su camino, en particular a
partir de la denuncia contra
la extranjerización de la tierra, pero asimismo en torno a los DDHH,
así como de la denuncia sobre la contaminación ambiental y
alimentaria. Sin duda se han ensayado y se ensayarán emulaciones de
Podemos entre
nosotros, que
pretenderán
decirnos, con
aires de “Nueva Izquierda”,
que se forjará
una institucionalidad representativa de los movimientos y de una
“agenda de derechos”. Convendría recordarles el
presente de presentes griegos, así como el
Podemos que se mira en
el espejo de Narciso.
1Martínez,
A. “Tsipras dice” La
Diaria
(15/07/15) http://ladiaria.com.uy/articulo/2015/7/tsipras-dice/
2Sobre
nacional-globalismo
ver en este blog “Dos dogmas de la modernidad uruguaya”
https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=7284611245699667677#editor/target=post;postID=5349934998019914817;onPublishedMenu=posts;onClosedMenu=posts;postNum=0;src=postname
3Que
supone “el lugar del Rey”, tanto en Las Meninas de
Velázquez como en el lugar que le dio Foucault en Las palabras y
las cosas, que reproduce la propia imagen de la representación
al fin del tomo.
4Podemos
surge
con el planteo de transferir al plano de la política institucional
el movimiento de protesta que se denominó Indignados.
Ver
“Podemos nuevo proyecto político “para convertir la indignación
en cambio” El
Mundo (17/01/14)
http://www.elmundo.es/espana/2014/01/17/52d92f6e268e3e965b8b4575.html
5Banco
Mundial, Fondo Monetario Internacional, Comisión Económica
Europea.
6
von Humboldt, W. (1990) Sobre la diversidad de la estructura del
lenguaje humano y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la
humanidad, Antrhopos,
Barcelona, pp.76-77.
7Foucault,
M. (1969) L’archéologie du savoir,
Gallimard, Paris, pp.68-74.
8“El
éxtasis de la comunicación” es el título del primer capítulo
de “El otro por sí mismo”, de Jean Baudrillard.
9Baudrillard,
J. (1978) Olvidar
a Foucault,
Pre-textos, Valencia, pp.21-22
http://daniellargo.com/wp-content/uploads/2014/12/Baudrillard-Jean-Olvidar-A-Foucault.pdf
10Correa,
J. “Salarios: PIT-CNT presiona para incidir en las pautas” El
País (28/05/15)
http://www.elpais.com.uy/informacion/salarios-pit-cnt-presiona-incidir.html
11“Vázquez
se propone “gabinetes” de dos o tres días en el interior” El
Observador (17/11/14)
http://www.elobservador.com.uy/vazquez-se-propone-gabinetes-dos-o-tres-dias-el-interior-n292297