La
oposición ha muerto! Viva la Contraposición!
2ª
quincena, diciembre 2014
Un alma en pena
comienza a sembrar el pánico en la noche atormentada de la reflexión política
uruguaya: la desaparición de la oposición partidaria.[1]
Mal que les pese a los profesionales de la política partidaria, o a los
partidarios de la profesión política, no se trata de un defecto de elaboración (admisible en
una estrategia de “ensayo y error”), sino de un efecto de nulidad (irresoluble
desde el punto de vista que lo propone).
Conviene considerar los
golpes en falso que condujeron a este desmoronamiento estratégico, efecto de
confundir la condición de animal político[2]
con la de animal partidario. Desde este blog hemos destacado la estrategia de
larga data (por no decir la única que percibe y persigue) del tupamplismo, orientada
a una “alianza supraideológica” con la oposición, particularmente con el sector
que parecía investido de ínfulas electorales y de intenciones entibiadas,
liderado por Larrañaga en el Partido Nacional.[3]
Ante la perspectiva de un “desgaste político”, entendido por la doctrina
liberal en tanto redondeo de los ángulos por una misma realidad eco-nómica
(numéricamente designada), que satura la racionalidad de un “sistema de
partidos”, el tupamplismo calculó que un Frente Amplio falto de mayoría
parlamentaria podía ser suplido, con creces estratégicas, gracias a una alianza
con un contendiente medido y a medias.
Así el tupamplismo iba
a poder cumplir con un sueño de siempre, travestido desde “la punta del fusil”[4]
a la boca de urna: pasarle por encima a la izquierda tradicional y gobernar con
una alianza de movimiento (de liberación) nacional. Tal fantasma
suprapartidario (y por consiguiente hipernacional) no se iba cumplir en esta
etapa (de delirio post-batllista) por la vía del foco, que apuntara en tiempos
pasados (de verosimilitud batllista) a completarse en partido una vez concluida
la liberación antiimperialista. Como efecto mirífico de un acuerdo
parlamentario sostenido en una persuasión
mediática popular, aunque poco
izquierdista, aquella “liberación” de antaño se sellaría ahora a través de un
supuesto “país agro-inteligente”.[5]
Sin embargo, el tiro
salió por la culata, o si se quiere, el voto como yerro mediático, ya que tal
alianza suprapartidaria que desde tiendas de Alianza Nacional se confundió con
“gobernabilidad”,[6]
terminó en el fiasco de un electorado que se corría a la izquierda mientras los
partidos en su conjunto se corrían a la derecha, concitando más allá del golpe
en falso de las encuestas (que obedece a la misma creencia en una fatalidad del
“desgaste” institucional), el blooper
electoral: la votación de los partidos tradicionales se desplazó hacia el
Frente Amplio y la votación del Frente Amplio se desplazó hacia otro rumbo.[7]
Esta situación deja la
perinola[8]
del efecto sistémico mal parada desde el ángulo que se le mire: el tupamplismo
queda vestido para la fiesta y sin casamiento, atado a un presidente al que no
le puede imponer su propia alianza (con Larrañaga) como necesaria, al Frente
Amplio “histórico” atado a un “grupo de los ocho”[9]
de su propia “fuerza política”, que preferiría tener en la vereda de enfrente y
a la oposición “por la positiva”, que como tal, se queda en las intenciones (de
una ética de los valores).
El blooper de la
partidocracia uruguaya genera, como todo suceso vergonzante, dos consecuencias:
un sentimiento de frustración íntima y el intento de no hacer el ridículo otra
vez más. Ante todo, el “sistema”, es decir, un todo jerarquizado y articulado,
busca un efecto eficaz y acumulativo, que permita identificar un horizonte de
acciones posibles y racionales. Si el Frente Amplio suma una mayoría absoluta
que no le permite dirimir una hegemonía interna, tal como lo puso en evidencia
la frustránea sensación del tupamplismo ante las apremiadas designaciones
ministeriales,[10]
si la oposición por otro lado, sólo contará en la medida del convite de Vázquez
a compartir metas porcentuales de gestión:[11]
¿hacia dónde dirigir el quehacer, como hacer efectivo en razón de un destino?
La perspectiva propia de
un sistema no habilita, el de partidos entre otros, a admitir un margen que trascienda al sistema
y sin embargo lo condicione. Falto de un ámbito de diferenciación eficaz en el
plano interno, el sistema de partidos parece deslizarse lentamente a la
invención de una “oposición externa”. Tal invención de un adversario ad-hoc al reclamo de eficacia sistémica
se plantea tanto cuando se menosprecia una “izquierda desahuciada”,[12]
como cuando se denuncia la “falsa prensa de izquierda”,[13]
o aún de forma más estentórea, cuando surge bajo la modalidad thriller de “izquierda financiada por el
imperialismo”.[14]
El campo de izquierda que se formó a la salida de la dictadura, en tanto
alianza entre fuerzas políticas y un conglomerado heteróclito de movimientos y
organismos diversos, tiende en todos estos casos de reciente manifestación, a
renunciar al emplazamiento del “bloque en el poder” para disolverse, en el
mismo terreno de una izquierda que “ya es historia”,[15]
en un ataque partidario contra lo extrapartidario.
Se diría que se trata
de la invención de “otra oposición”. Pero esa acepción continuaría situándose
en la perspectiva del sistema de partidos, que como todo sistema, no puede
percibir su exterior sino como más de lo mismo (y de lo otro). Por el contario, una perspectiva asistémica
admite que “el suplemento crea, a cuenta regresiva, aquello a lo que se le dice
agregado”,[16]
en cuanto advierte que todo sistema entendido desde un punto de cierre tiende
fatalmente a la entropía, es decir, la desorganización de un sentido propio,
una vez carente de intercambio abierto con un exterior.
Por consiguiente,
mirado desde su exterior y desde aquel punto en que el suplemento determina el
órgano que se lee (como sucede hoy con la entropía periodística), no nos
hallamos ante “otra oposición”, menos ante una “nueva izquierda” (que
pertenecería a algún hemiciclo regido por una única soberanía), sino ante una
contraposición, que echa en cara del poder todo lo que ningún soberano es capaz
de arrostrar (la otredad en otro rostro).[17]
Hacia ahí vamos, por el
contragobierno.
[1]
Ver “Garcé: la oposición debe repensarse” El
Observador (26/11/14) http://www.elobservador.com.uy/noticia/292877/garce-34la-oposicion-debe-repensarse34/
En el mismo sentido el editorial de Voces “1º de diciembre de 2014” Voces (27/11/14).
[2] Aristotélica.
[3] Ver en este
blog “Bicentenario, la Patria gaucha y la Patria chaucha: no es lo mismo, pero
da igual”
https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=7284611245699667677#editor/target=post;postID=5565154624649533611;onPublishedMenu=posts;onClosedMenu=posts;postNum=3;src=postname
[4] La frase de
Mao: “El poder nace de la punta del fusil”
[5] La creación de
la UTEC (Universidad Tecnológica) fue implementada con ese propósito, en aras
del cual fue votada asimismo por la oposición.
[6] Acerca de los
vaivenes del sector que lideraba Larrañaga, ver “Mujica: Ahh, estos blancos
siempre en las cuchillas; Larrañaga se fue para la derecha” Causa Abierta, (25/07/12)
http://www.causaabierta.com.uy/mujica-ahh-estos-blancos-siempre-en-las-cuchillas-larranaga-se-fue-para-la-derecha/
[7] Ver en este
blog “Anomalías electorales y entropía partidaria” http://ricardoviscardi.blogspot.com/2014/11/anomalias-electorales-y-entropia.html
En un sentido que recoge la opinión que se desplaza “más allá de la izquierda
política” ver la declaración en “Sociedad Uruguaya” http://www.sociedaduruguaya.org/2014/11/un-cambio-de-rumbo-carta-abierta-los-ciudadanos-uruguayos.html
[8] Juego de azar a
suerte y verdad.
[9] Se llama “Grupo
de los ocho” a una confluencia interna
Frente Amplio, que reagrupa al mayor bloque de parlamentarios de la
coalición
[10] “Topolansky:
esta vez no dio el tiempo de llevarle propuestas a Vázquez” Código País http://www.teledoce.com/telemundo/nacionales/topolansky-esta-vez-no-dio-el-tiempo-de-llevarle-propuestas-a-vazquez/
[11]
“Vázquez pedirá a la oposición que acompañe metas en los entes” El Observador (14/12/14) http://www.elobservador.com.uy/noticia/294040/vazquez-pedira-a-oposicion-que-acompane-metas-de-los-entes/
[12]
Berterreche, A. “Los despeinó la Historia” Voces
(4/12/14) https://2414f8b3-a-1cdd88af-s-sites.googlegroups.com/a/voces.com.uy/web/ediciones/2014/archivos/voces458.pdf?attachauth=ANoY7cpScf7nSGOY3MUi_fILZcxHZApsb6KH2BhLORAlnBSaR9x5ygizqks0TVODs4M5X7pokIUNb5DSJt3spPYcdv8ptpe5eu5hVa4T0TT8nlb-j75KrqQYC6HM1Knp-n8lWrCc3_-dY_u60B_9mO5aWbWn4z2EChO8d_6G5Mz8KsYqMYqtXSWVnhMhqw38CG2ChNJS1Ky05d5msPOGw8OqffJsLvO368Y0k7LdjfbuJwO_9yQVErw%3D&attredirects=0
[13]
“A tapa y espada” Montevideo Portal
(13/12/14) http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?255748,3
[14] “La conjura de
los necios” Montevideo Portal
(24/12/14) http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?256738,245
[15] Denominación de
un programa periodístico de Televisión Nacional
[16] Este planteo de
Derrida se encuentra en “La voz y el fenómeno” y en escritos posteriores.
[17] Para Levinas la
otredad por excelencia es “el rostro el otro”.