Crisis
de autoridad como efecto de contragobierno
1a.
quincena septiembre 2015
Concediéndole
a la mayoría del Frente Amplio el retiro de Uruguay del TISA
(Tratado internacional de liberación de servicios), Vázquez quiso
conjugar la crisis de autoridad que el propio presidente produjo, al
decretar una esencialidad cuya esencia fue el fracaso.1
Dando una lección (o quizás contracurso en este
caso) mutitudinaria de dignidad, que los uruguayos saben por memoria
histórica, como se vió particularmente bajo la “dictadura”
(régimen totalitario propio de la Guerra Fría), las bases gremiales
movilizadas no sólo no obtemperaron ante la amenaza del poder (la
esencialidad supone la obligación jurídica de concurrir al
trabajo), sino que incluso la movilización y el porcentaje de
maestros y profesores en paro gremial aumentó, obligando al gobierno
a retirar vergonzosamente el úkase dictado.2
Deponiendo
la participación de Uruguay en el TISA el gobierno pretende hacer
ingresar en el ruedo parlamentario una concesión a su propia mayoría
partidaria, que además, es mayoría absoluta en las cámaras. Sin
ahondar en la cuestión de cómo llegó a tal mayoría una fuerza
política con tan escaso respaldo gremial, pero dejando asimismo
constancia del aislamiento creciente del sistema político ante la
población, conviene considerar en perspectiva el nuevo escenario que
se plantea.
Esta
gran victoria de principios democráticos se acompaña, como suele
suceder en estos casos, de una inanidad de recursos. Los gremios de
docentes de primaria y secundaria toman acto de la cuestión y siguen
reclamando, ahora no sólo el debido aumento salarial, sino también
el retiro de una clásula incorporada al presupuesto a votarse en el
parlamento, que parece dictada por el Banco Mundial (no estamos
seguros de usar el sentido figurado en tal afirmación), en tanto
supedita los magros recursos en cuestión a la firma por parte de los
docentes de un convenio de “deposición de medidas gremiales”.
Se
produce así no una inversión, sino una reversión del escenario,
según un doble desplazamiento: concediéndole a la mayoría del
Frente Amplio el retiro del TISA, Vázquez y el gobierno se
concentran en el apoyo político partidario, ante el rechazo que
sufren en el frente social. Los gremios de la educación se plantan,
por otro lado, en una posición de principios, que moviliza el
trasfondo democrático en el propio plano social. Sin embargo, los
docentes de primaria y secundaria son apenas la punta de lanza de un
amplio movimiento de protesta, que jalonan paros de judiciales y de
los demás funcionarios de la administración pública.3
Por si fuera poco, se suma a este conjunto socialmente nutrido el apoyo fundado en el propio razonamiento económico de la única central obrera, que como un todo, reclama que el gobierno modifique las pautas presupuestales que hasta ahora impone. Casi anómica en los últimos años como efecto del propio perfil del anterior rector, la rama docente universitaria ha despertado bajo la conducción de su sucesor, al que por fortuna para los universitarios, pareciera que no le duelen prendas con el gobierno. Tanto las recientes movilizaciones conjuntas de docentes, estudiantes y funcionarios de las tres ramas de la educación, así como la tan esperada salida al ruedo del gremio docente de la universidad, con franca condena al gobierno, señalan que el poder político cuenta con la oposición de toda la educación.4
Por si fuera poco, se suma a este conjunto socialmente nutrido el apoyo fundado en el propio razonamiento económico de la única central obrera, que como un todo, reclama que el gobierno modifique las pautas presupuestales que hasta ahora impone. Casi anómica en los últimos años como efecto del propio perfil del anterior rector, la rama docente universitaria ha despertado bajo la conducción de su sucesor, al que por fortuna para los universitarios, pareciera que no le duelen prendas con el gobierno. Tanto las recientes movilizaciones conjuntas de docentes, estudiantes y funcionarios de las tres ramas de la educación, así como la tan esperada salida al ruedo del gremio docente de la universidad, con franca condena al gobierno, señalan que el poder político cuenta con la oposición de toda la educación.4
Cabe
recordar que en el Uruguay la izquierda incluye en su propia pauta
constitutiva, además de una fuerte composicíón obrera y sindical,
una significativa participación de intelectuales y en particular de
la educación del país, lo que señala quizás su rasgo más propio
entre el conjunto de las izquierdas de la región. La consigna
histórica de la izquierda uruguaya se corea “Obreros y
estudiantes, unidos y adelante”.
El
escenario que se plantea es por lo tanto de un creciente aislamiento
social del gobierno, sobre todo en un período recesivo de la
economía, con carestía inflacionaria y aumento de la desocupación,
al tiempo que se fortalece, incluso desde el plano fundamental de los
principios, la oposición democrática al gobierno frenteamplista.
En
tal perspectiva, el campo de la educación pasa a ser el banco de
ensayo del equilibrio de fuerzas que pautará, en un escenario
internacional económicamente desfavorable, el segundo gobierno de
Vázquez. Desde ya cabe señalar que la condiciones de pauperización,
deterioro y abandono del sistema educativo público se agudizarán,
con las consiguientes secuelas de empeoramiento general de las
condiciones de desarrollo del país, además de la desarticulación
de un cuerpo docente que fuera orgullo nacional. Se propicia con un
viso autoritario una regimentación como la pretenden imponer los
organismos internacionales, con el siniestro par “evaluación y
emprendedurismo”.
Las
responsabilidades de los dos últimos gobiernos frenteamplistas en el
desarrollo de este escenario son indisimulables, a partir de las
funambulescas declaraciones de Mujica, que se ufanaba de ganarle
huelgas a maestras.5
La extensión y complejidad del escenario educativo al presente, que
se ramifica en todos los ámbitos del proceso social, impide que en
un clima de hostigamiento de los profesores y maestros como el que
instaló Mujica y ahora refrenda Vázquez, se pueda desarrollar un
clima público de dignificación y apoyo multiplicado, única vía
por la que la educación puede prosperar en una situación de
masificación y desigualdad cultural creciente, introducida por la
propia tecnología (todo impacto tecnológico aumenta la desigualdad,
entre quienes acceden a los beneficios y quienes no acceden sino a
los artefactos, mal que le pese a los gurús del Plan Ceibal).6
Se
abre, por otro lado sin embargo, un escenario de profundización
hacia abajo de la movilización social sobre la educación, no sólo
por la unidad que este sector viene ganando entre sus tres ramas,
sino además por la cohesión política del movimiento sindical en
sostener que una maestra no puede vivir con un salario de cuarta
parte de canasta básica. En ese terreno en que la escuela pisa firme
en la base de la sociedad, cabe esperar que el movimiento educativo
renueve viejos lazos con padres y vecinos, para reabrir las pautas
que en su momento significaron las comisiones de fomento de las
escuelas, pero ahora desde la perspectiva del derecho democrático a
la educación.
Sobre
todo, el abandono del TISA como señuelo para ganar apoyo político,
por parte de un presidente que se mostró sensible a la debilidad de
sus márgenes desde el inicio del actual mandato, señala los límites
del poder de Estado en la actualidad.7
Esos límites no dependen de la voluntad personal del mandatario,
sino de la racionalidad sistémica que desarrolla la globalización
como su propio credo. Con Vázquez tendremos una visión más sensata
y articulada que con Mujica, que emprendía toda producción mediática
que le prometiera tapar el sol con un harnero. Pero los límites
seguirán estando presentes, como efecto de la receta tecnocrática
que no tolera sino lo que puede contabilizar financieramente.
Por
esa razón conviene situar la victoria popular que significó la
caída del decreto de esencialidad de los docentes de la educación
pública, en la perspectiva de las movilizaciones que también
detuvieron el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, en
momentos de la visita de George W. Bush. Vázquez no pudo tomar aquel
tren, ahora tampoco puede su gobierno, mal que le pese, continuar las negociaciones por el TISA, como efecto del
lastre que Vázquez echa por la borda ante un aislamiento creciente.
Esta
crisis de autoridad es un efecto del contragobierno, viene de la
movilización sin amparo partidario, igual que la movilización contra el TLC con Estados Unidos, igual que el escándalo que cundió cuando Antonio Elías valientemente denunció que el gobierno de Mujica
negociaba el TISA en sordina (se procuraba ante todo no repetir el escenario del fallido TLC). La crisis de autoridad de Vázquez no es
sino otro efecto de contragobierno más. Y vamos por más.
1“Vázquez
se retira del TISA y le da la espalda a sus ministros” El
Observador (07/09/15)
http://www.elobservadortv.uy/video/5531107-uruguay-se-retira-del-tisa-y-vazquez-da-la-espalda-sus-ministros
2“Victorias
de la movilización sindical”
Internacional de la Educación para América Latina
http://www.ei-ie-al.org/index.php?option=com_content&view=article&id=1144:victorias-de-la-movilizacion-sindical&catid=9:organizaciones&Itemid=2
(acceso el 11/09/15)
3“A
foja cero” Montevideo
Portal
(04/09/15)
http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?283152,1,1149
4“Presupuesto
nacional: docentes criticaron el proyecto” Facultad
de Humanidades y Ciencias de la Educación
http://www.fhuce.edu.uy/index.php?option=com_content&view=article&id=5368:presupuesto-nacional-docentes-criticaron-el-proyecto&catid=7:novedades&Itemid=1468
5“Para
Mujica los sindicatos le “torcieron el brazo” un “poco” El
País
http://www.elpais.com.uy/informacion/mujica-sindicatos-le-torcieron-brazo.html
6Sobre
el marco social ya planteábamos este criterio al inicio del primer
gobierno de Vázquez. Ver Viscardi, R. “Educación y debate
nacional en el Uruguay” Fermentario
1
http://www.fermentario.fhuce.edu.uy/index.php/fermentario/article/view/4
7Ver
en este blog “Telegobernar lleva a contragobernar: Tsipras,
Iglesias, Vázquez”
http://ricardoviscardi.blogspot.com.uy/2015/07/telegobernarlleva-contragobernar_16.html