La
Guardia Republicana, la Naturaleza del Frente Amplio y la Nueva
Democracia
2a
quincena, septiembre 2015
Pareciera
que nuestro título reúne cosas disímiles, pero quizás la
mera descripción de la concentración de
protesta del miércoles 23 de setiembre por
la noche, ante la sede del CODICEN1,
sirva de apretada síntesis metafórica. Se dió cita un gran número
(alrededor de 5.000) de jóvenes, muy pocos mayores, casi
exclusivamente banderas estudiantiles de distintos centros
educativos, ninguna bandera del Frente Amplio ni de las
organizaciones que componen la coalición. Tampoco apareció la
Guardia Republicana, posiblemente concentrada en el interior del
edificio del CODICEN, donde la noche anterior se habían producido
incidentes a raíz del desalojo policial, que continuaron en los
alrededores, como lo atestiguan múltiples registros.
La
Guardia Repúblicana vela por la conservación del orden público,
los estudiantes condenan al gobierno del Frente Amplio, la Nueva
Democracia parece añorar cierto orden
público. El gobierno y algunos
voceros del Frente Amplio2
sacrifican un chivo expiatorio en torno a
grupúsculos de extraordinaria irradiación.
Alentada desde la propia “izquierda” que no quisiera ver en el
gobierno, la prensa neoliberal sube la apuesta criminalizando a los
estudiantes.3
Los argumentos son los mismos que esgrimía la gran prensa bajo el
pachequismo: los estudiantes son utilizados por subversivos que
desvían sus intenciones. Tales demonios habrían
motivado la Ley de Presupuesto que pauperiza la
educación, al tiempo que mantiene al empresariado a salvo de una
pérdida impositiva del margen de ganancia, habrían entrado
en posesión del
cuerpo de los estudiantes que ocuparon el CODICEN e incluso
quizás estén detrás de las movilizaciones estudiantiles chilenas,
que desde 2006 obedecen a un escenario análogo. Mujica
perdió al traidor Amodio, que
carga con todas las culpas del pasado pero ya no, una
vez entre rejas, con las futuras. Para compensar esa pérdida el Frente Amplio lanza a la arena circense de los medios a Irma Leites, que seguramente el gobierno se
cuidará de no privar de libertad, para que siga llevando la atención
de las cámaras hacia el “eje del mal” (todo lo que
mediáticamente no le convenga a la “fuerza política”).
Rancière
señala sin ambigüedades que el planteo republicano es
antidemocrático.4
Sin duda la denominación “Guardia Republicana”, vinculada ante
todo al orden público, no dejaría de movilizar
ese criterio, sobre todo de cara al
“Palo Amplio”5
blandido bajo
obediencia frenteamplista, amplitud del garrote incluida. Se
condena el republicanismo en razón de los
márgenes del
discurso: la democracia es incondicional,
todo orden previo (republicano, económico, mundial) no puede sino
oponerse, obstaculizar y finalmente reprimir cierta habilitación al límite, o si se quiere,
como lo dice Derrida, impedir que
la marca llegue a escritura.6
La
Naturaleza, toda naturaleza como tal, no puede ser sino una forma de
Orden, ahora perceptible cuando “naturalizar” se ha convertido,
en el idioma de nuestro naciente siglo, en sinónimo de justificar
como antecedente lo que debiera cundir como explicación.
De ahí que sostener, como lo hace la Red de Economistas de
Izquierda, que existe una “Naturaleza del Frente Amplio”,7
se asemeja en el contexto de tal afirmación -por parte de quienes
cuestionaron el TISA que intentó, además,
instalar el mismo
Frente Amplio- a una expresión de deseos
incumplidos. Tal “Naturaleza del Frente
Amplio” obra como naturalización de una mención
de origen que nadie puede identificar con
el presupuesto regresivo para
la educación,
con la exoneración sistématica al gran capital transnacional en las
zonas francas (más de tres mil millones de dólares por año), ni
con un desalojo de estudiantes por la fuerza. Ya hemos visto, desde
ese punto de vista según el cual “la izquierda está en el Frente
Amplio” el destino del planteo de un
“gobierno en disputa”: fortalecer por la nula alternativa el
planteo económico que aplaude toda la derecha, bajo
el lema “vieron: es lo único que se puede hacer”.
La
acepción posible de una “Naturaleza del
Frente Amplio” supera, por su propia
radicalidad conceptual, la ilusa apelación a un “gobierno en disputa” y se plantea desde la
perspectiva de “un país en disputa”. Sin hacer ahora la
digresión que cabe en torno a la
constitución histórica del Frente Amplio
y su evolución posterior, cabe desde ya señalar que la
reivindicación de una condición ¿natural quizás? de los
estados-nación8
parece más un voto piadoso que una atinada percepción de los
acontecimientos. Para empezar porque bajo
el gobierno del Frente Amplio, el Uruguay
opera como Estado violando la soberanía de otro, en particular
manteniendo la fuerza de intervención en Haití. No se sabe de otra
renuncia de frenteamplistas a su banca, desde que Chifflet presentó
la suya9
ante la intervención en aquel país. La Red de Economistas de
Izquierda conoce bien todos los episodios, desde el agradecimiento
expresado formalmente por el presidente de la transnacional Botnia a
un presidente de Estado frenteamplista, en
razón de la protección obtenida
contra un movimiento social, sin olvidar el
“tren que pasa una única vez” (hacia Bush) o el decreto de
esencialidad aplicada a un movimiento reivindicativo del magisterio,
que demuestran que no estamos ante un Estado-nación que preserve la
integridad del “país”.
La
democracia representativa podía encontrar en el
Estado-nación la legitimidad de un Orden, propio incluso a la
Naturaleza social, cuando la cohesión orgánica -es decir la
autoconservación como un todo de un Orden- se sustentaba en una
estructura -es decir una forma- de país. Esa forma ha descaecido
desde la Segunda Guerra mundial, a partir de la tecnología atómica
que -disuasión mediante- sustenta todo Orden
Mundial en el
artefacto, es decir en
una potencia de determinación humana que por serlo es forzosamente,
como decía Nietzsche, “demasiado humana”. El mundo de la
mundialidad de las materias primas, la industria pesada y la lucha de
clases ha cedido paso, tecnología mediante, a los
flujos transfronterizos, las bases mundiales de datos y la
virtualización de la economía.10
El declive inexorable de los estados-nación
no es efecto ni de la maldad ni de la
bondad intrínseca de elencos partidarios -frenteamplistas u otros,
sino en cuanto la
organicidad de la naturaleza social -es
decir una condición cíclica y por lo tanto predecible de los
procesos- ha desaparecido, barrida
por la contingencia enunciativa del
vínculo a
distancia. ¿Cómo subsistiría un vínculo
orgánico no-presencial? Marramao lo ha
sostenido brillantemente: la globalización es simbólica -una puesta
en común de la contingencia humana, no económica.11
Por
eso hubo en el Uruguay,
desde los 80', Restauración y no “Nueva Democracia”. Justamente
Restauración no se vinculaba, en La
República de Platón,12
con la idea de una vigencia de “el país batllista”, más allá
de las diferentes formas que hubiera tomado, sino con el simulacro de
tal retorno al “orden
democrático tradicional del país”.
¿No oimos todos
aquel tan anhelado como
nostálgico
regreso de “Como
el Uruguay no hay” que culminaría en la vocinglería mediática de
“el presidente más pobre del mundo”? El
Frente Amplio, la izquierda en su conjunto y la universidad jugaron
en el Uruguay el juego de ese simulacro y hubo Restauración y no
“Nueva Democracia”,13
porque ningún agente público en quantum
relevante planteó la caducidad -no de la pretención punitiva del
Estado- sino de la representación estatal como efecto de democracia.
Ningún Estado-nación es hoy fuente de democracia, porque refleja
forzosamente un status-quo
mundial sostenido en el propio desarrollo tecnológico, que
como tal “técnica de la inteligencia” se mofa de las fronteras
-sobre todo naturales- de país. Conviene
recordar que efectos democráticos tales como el indigenismo (por
ejemplo en Bolivia), se autodenominan “multinacionales”.
Sostener
que una “Nueva Democracia” se abre paso por la “nueva agenda de
derechos”, sin dejar en claro que tanto los movimientos sociales
como la habilitación de libertades se abren paso, ante todo, contra
la normativa republicana, conlleva la edulcoración de la
transgresión. Equivale a decir que no habrá quiebre entre el poder
instalado y la reivindicación rupturista, de forma que la democracia
avanzará por una vía gradual y funcional. Habría que explicárselo
a los estudiantes hospitalizados tras la represión del Día del
Maestro.
El
contragobierno sostiene, por el contrario, que el gobierno no puede
ejercerse en base tecnológica sin una vinculación
mediática generalizada, que
arruina forzosamente la condición soberana del emisor, en cuanto
sólo se puede incrementar la difusión -sobre todo a distancia- a
condición de debilitar la personalidad -es decir la presencialidad a
sí propio- del mensaje. Lejos de proponer
una erradicación del gobierno, el contragobierno mina sus bases de
credibilidad, en cuanto sostiene que la soberanía es insostenible como tal en
contexto tecnológico,
devolviéndole
fracaso a cambio de golpes, incluso bajo forma de
Guardia Republicana,
Naturaleza del Frente Amplio o Nueva
Democracia.
1Consejo
Directivo Central de la Administración Nacional de Educación
Pública (Primaria, Secundaria y Técnica) del Uruguay.
2“Frenteamplistas
tildan de “fascistas” a los grupos ultras” El
Observador (23/09/15)
http://www.elobservador.com.uy/frenteamplistas-tildan-fascistas-los-grupos-ultra-n680015
3“Vandalismo
en el parlamento en “defensa” de la educación” El
Observador (24/09/15)
http://www.elobservador.com.uy/vandalismo-el-parlamento-defensa-la-educacion-n680318
4
Rancière,
J. (2005) La
haine de la démocratie,
La Fabrique, Paris, pp. 76-77.
5Ver
en este blog “El Palo Amplio: la Noche de la Nostalgia
pachequista”
http://ricardoviscardi.blogspot.com.uy/2015/08/elpalo-amplio-la-noche-de-la-nostalgia_24.html
6Derrida,
J. (1972) Marges,
Minuit, Paris, p. 381. Traducción
al español en
https://docs.google.com/file/d/0BzH20_Ds87woaENjQ1NLeEZVRVE/edit
7Red
de Economistas de Izquierda, Voces (17/09/15)
p. 2.
8Op.cit.
9Ver
Viscardi, R. “Hipocrasía a la baja: cae la cotización de la
bondad” (03/08/12) en Democracia del Siglo XXI
https://teodulolopezmelendez.wordpress.com/2012/08/03/hipocrasia-a-la-baja-cae-la-cotizacion-de-la-bondad/
10Wolton,
D. (1992) Elogio del Gran Público, Gedisa,
Barcelona, p.95.
11Sobre
el pensamiento de Marramao: Viscardi, R.
« Giacomo Marramao ¿una filosofía de la
globalización? » en Reflexiones
sobre el pensamiento italiano contemporáneo
(2010) Trilce-Unión Latina-Nóesis, Montevideo, pp.55-67.
12Suplemento
semanal del periódico La República, Montevideo, desde 1991
a 1993.
13“La
“nueva democracia: tema de seminario académico” Radio
Uruguay (13/04/15)
http://www.mec.gub.uy/innovaportal/v/68102/50/mecweb/la-nueva-democracia-tema-de-seminario-academico?parentid=62683