8.5.16

Naranjas por humanos y derechos por Guantánamo


1a. quincena, mayo 2016



Igual que los zapallos cuando comienza a andar el carro, según reza el refrán popular, las lecturas se acomodan cuando comienza a andar la interpretación. Las hortalizas del sentido figurado llegan a su lugar en el devenir del camino, algunas veces, tras un mero menearse del vehículo. Proyectando el valor metafórico que provee el refrán, tal parece ser el caso de la declaración del politólogo Francisco Panizza que luce en la portada de la edición del jueves pasado del Semanario Voces (“Mujica fue el mejor Jefe de Estado y el peor Jefe de Gobierno”),1 al saberse por declaración del propio ex-presidente, que tal mandato incluyó cambiar naranjas por refugiados.2 Incluso el semanario luce la altisonante afirmación del politólogo en su portada, como testimonio del interés periodístico que reviste una entrevista desarrollada por el propio director de la publicación: Alfredo García. Este tipo de sentido contradictorio de una expresión (oxímoron) puede volverse en la actualidad altamente contagioso, en razón de la significativa ezquizofrenia (imposibilidad del sí mismo) que manifiesta la actividad pública, habida cuenta de la “conexión uruguaya”, la mayor de América Latina, de la escandalosa legalidad que develó “Panamá Papers”.3

En el caso de Mujica la expresión de sentido contradictorio (oxímoron) es tanto más compleja cuanto más simple en apariencia. Si el expresidente del Uruguay asocia la presidencia de la nación con la mercancía del feriante, le franquea ante todo el paso a un candidato que es feriante nativo: Novick. Este mismo franqueo que lleva a lo complejo por lo simple, sugiere que Mujica no es efecto de sí mismo, sino de condiciones que determinan su “irresistible ascenso”, ya que pese a los intentos de los líderes “hijos de” (Bordaberry, Lacalle, Amorín Batlle), un ex-feriante del mismo sesgo populista de Mujica no deja de ascender, entre los partidos tradicionales de derecha, por la misma vía que este último: aduciendo el sentido común más chabacano y la simplificación reduccionista de los problemas. Asimismo, Mujica no habla de naranjas como mercancía de supermercado o de feria, sino que las vincula a una equivalencia de mayor alcance: naranjas a cambio de Derechos Humanos. A esa condición mediática que hace de la mediación cualquier cosa, atribuye Panizza la calidad que reviste, a su entender, el paradigma de Jefe de Estado: (...porque vos el mensaje de Mujica lo podés interpretar como quieras”.4

Como se sabe, el pronombre “vos” corresponde en el Río de la Plata al “tú” del español castellano. Ahora, el “tú” constituye, según Benveniste, un “índice de enunciación”, siguiendo a la letra al insigne lingüista francés es “(...el individuo alocutado en la presente instancia de enunciación conteniendo la partícula lingüística “tú”.5 Dicho de otra manera: al igual que “yo” (¿quien está en “mi lugar” -insondable para todo otro- cuando digo “yo”?), “tú” es una mera etiqueta del vínculo interpersonal, que coloca debajo del habla a cualquier otro, tanto como a cualquier sentido que se decida pronunciar. Lo que está diciendo entonces Panizza, desde que vincula una simple etiqueta de lugar personal (“vos”) con la facultad de “interpretar como quieras”, es que la actuación de Mujica es mediáticamente excelente porque es intelectualmente vacua.

Si alguien adujera que de alguna manera ya lo sabíamos, no podría sino concederle entera razón, tan sólo por prestar oído a como suena Mujica de sus dichos, pero la novedad de que trata este texto es que Panizza considera a Mujica como “el mejor Jefe de Estado de la historia del Uruguay y el peor Jefe de gobierno”. Esta afirmación es problemática en sí misma por la disociación que introduce entre Estado y gobierno, pero lo es mucho más si asociamos sus términos propios (Estado, gobierno) con la calidad de saltimbanqui mediático que se desprende de la afirmación de Panizza, sobre Mujica en sus dichos, que reseñamos en lo que antecede.

Si la calidad de Jefe de Estado gana relieve en proporción directa a la nulidad de los dichos proferidos por tal jerarca, nos explicamos en efecto, tanto que alguien celebrado por la farándula mediática haya dicho cualquier cosa, como que ahora surja interpretando lo que hizo (e incluso lo que en aquel momento negó que hacía),6 como un negocio de feriante. Si alguien pretendiera inferir algún menoscabo para los feriantes de profesión de la afirmación precedente, lo desafiaría a encontrar un puesto de feria -comercio del que soy asiduo cliente dos veces por semana, donde en un grupo de cajones se oferten naranjas y en otro refugiados de Guantánamo.

Conviene entonces entender, según Panizza declara, que la expresión emblemática de Mujica (“Como te digo una cosa te digo la otra”), no debe ser percibida en sentido figurado, como distancia entre contrarios equiparables, sino en sentido propio: “Como te digo una cosa te digo cualquier cosa”. El borrado de calidad semántica ligado a la expresión convierte toda expresión en un cuantificador universal: cuanto más diga mejor. Allí sí empezamos a comprender lo que Panizza quiso decir al atribuir a Mujica la calidad de “Mejor Jefe de Estado”: para encabezar una nación mediáticamente conviene un conductor, como cualquiera comprende, en el sentido en que se conduce una emisión masiva, a la manera como, por ejemplo, Tinelli es conductor en televisión. ¿Alguien se sorprendería si encontrara a Mujica “bailando por un sueño”? ¿No ha sido tal “baile” (los “bailes por un sueño” revisten un objetivo de beneficencia) lo que nos presentó como el sueño de “mi chacra como escuela agraria”?

Naturalmente, en este punto la cuestión no es Mujica, sino lo que entiende Panizza por “Jefe de Estado”. Aparentemente significaría, si nos atenemos al referido reportaje en su texto, cierta popularidad mediática internacional.7 En cuanto esa capacidad para conducir un Estado aparece opuesta a la del gobierno (“mejor Jefe de Estado y peor Jefe de Gobierno”), cabe entender que tal jefatura no concierne a un Estado-nación, sino a un Estado-mediático. Tal Estado es por naturaleza ingobernable, ya que lo que se vincula a otros procurando rating de audiencia, no puede ocuparse de gestionar asuntos a los que no se preste oídos.

La misión de los universitarios debiera ser aclarar este tipo de entuertos, ya que la propia uni-versidad se constituye en clave mediática de “unica versión”, de la que descienden históricamente, en tanto versiones, tanto los saberes de la mediación como los saberes mediáticos. Desde este blog entendimos ese cometido de una forma temprana, en cuanto al día siguiente de la elección de Mujica y tres meses antes de que comenzara su gestión, ya denunciamos su impostura, en la que aparecía curiosamente rodeado de universitarios.8 Tal entorno no sólo actuaba en calidad de comentarista, tal como Panizza en tanto especialista entrevistado por Voces, sino en calidad de protagonista de la impostura política de Mujica.

Quien se desvela en seducir y en acaparar la atención difícilmente pueda velar más allá de lo inmediato, como le sucede al “padre simpático”, siempre expectante de la aprobación de quien debiera educar. De esta manera sí podemos entender la calificación de Panizza: lejos de constituir una expresión contradictoria, en cuanto opone la calidad de Jefe de Estado a la de Jefe de Gobierno, la apreciación del politólogo significa una relación proporcional y positiva que representa Mujica, en cuanto fue el mejor Jefe de Estado PORQUE fue el peor Jefe de Gobierno. Se entiende quizás desde este punto de vista porqué contragobernar es tan poco mediático como altamente estratégico: consiste en la capacidad de oponerse a la imbecilidad mediática.



1Panizza, F. (reportaje de A. García) “Mujica fue el mejor Jefe de Estado y el peor Jefe de Gobierno” Voces (05/05/16) Montevideo, p.16.
2Mandá fruta” Montevideo Portal (06/05/16) http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?307438,3
3Ver al respecto la penúltima actualización de este blog “La agendad pornográfica de la legalidad” http://ricardoviscardi.blogspot.com/2016/04/laagenda-pornografica-de-la-legalidad-2a_22.html
4Panniza, op.cit. Voces p.18.
5Cito de memoria. Ver al respecto Benveniste, E. Langages, París, Didier-Larousse, año 5, núm. 17 (marzo de 1970), pp. 12-18 http://www.teaydeportea.edu.ar/wp-content/uploads/2016/03/Benveniste-El-aparato-formal-de-la-enunciacion.pdf (consultar en el pdf particularmente las pp.84-85 y 89). Acceso el 8/05/16.
6“Dicen por ahí” Montevideo Portal (07/05/16) http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?307548,245
7Panniza, Voces, op.cit. p.18.
8Ver en este blog “Carta abierta al presidente electo Sr. José Mujica” http://ricardoviscardi.blogspot.com.uy/2009/12/carta-abierta-al-presidente-electo-sr.html