Ciencia
y Tecnología en demasía:
la demostración en exceso
1a.
quincena, diciembre 2017
Ciencia
y Tecnología de Multitudes
Un
refrán del francés pone de relieve el margen que desborda toda
formalidad del conocimiento: “Cuando se quiere demostrar en
demasía, se termina por demostrar lo contrario”.1
El elogio público
desmedido a la actividad en Ciencia y Tecnología
se traiciona por exceso, cuando se lo
coteja con la actual
polémica sobre los fondos estatales destinados a ese
sector socio-profesional.
Inicialmente,
una carta que recibió el apoyo masivo de investigadores -sobre todo
entre quienes integran el Repertorio de la ANII (Agencia Nacional de
Investigación e Innovación), entre ellos quien suscribe- reivindicó
la insuficiencia de los fondos destinados desde el ámbito
gubernamental a la actividad investigativa.2
Un elemento que se destacaba en el texto era, asimismo, la acusación
dirigida contra el actual directorio de la ANII y centrada en la
persona de su presidente, Fernando Brum, de seguir una política de
transvasamiento de fondos lesiva para la
investigación fundamental. A
su vez, el directorio de la ANII respondió
conjuntamente ante la opinión pública, con consideraciones
relativas a la administración presupuestal, sin dejar de adherir al
reclamo de mayores fondos para la investigación en su conjunto.3
Hasta
aquí, todo forma parte de la
habitual apelación
de distintos grupos y sectores -un
nucleamiento de investigadores por un lado, el directorio de una
institución estatal, por el otro-, que dirigen sus reclamos y
descargos a la opinión pública, con el propósito de ampliar el
apoyo con que cuentan,
de neutralizar efectos adversos, o incluso, de alcanzar un objetivo
institucional.
Lo
que deja perplejo
ante esta
típica pugna entre sectores y grupos por
la obtención o incluso la administración de recursos,
es la abismal contraposición que
surge cuando se la coteja con el aura beatífica que
rodea en los
medios, ya desde largo tiempo atrás, el
aporte de la Ciencia y la Tecnología al desarrollo del país, cuando
no, a la “pública felicidad”. Una
notoria campaña mediática se destaca no sólo por la diversidad de
las instituciones (públicas, privadas, medios de prensa) y de
sectores de opinión que la protagonizan, sino ante todo por la
exaltación al
unísono del futuro venturoso que fatalmente acarreará, para el
Uruguay, el desarrollo en Ciencia y Tecnología.
Mientras
entran en conflicto quienes debieran
alcanzar un logro comunitario,
la apología de una misión cognitiva que
se presenta
tan ineluctable como transparente no deja de plantear interrogantes,
justificadas y preocupantes, sobre todo porque se invoca ante todo el
bien común (es decir, en este caso, el de terceros).
Quizás
convenga, para situar las proporciones del asunto, considerar algunas
perlas de un ya dilatado y cargado collar de acciones publicitarias:
-Por
si faltara, con la ANII, la UTEC (Universidad Tecnológica), el
Instituto Pasteur y la Academia de Ciencias “creaciones
institucionales” destinadas a Ciencia y Tecnología, cada una con
su propia política de difusión, acaban de ser creadas la Secretaría
de Ciencia y Tecnología en la órbita de presidencia de la República
y la Dirección para el Desarrollo de la Ciencia y el Conocimiento en
el Ministerio de Educación y Cultura. Esta última dirección invita
a una “1a.
Jornada de Reconocimiento a la Ciencia”. La
actividad se dirigirá al reconocimiento “de los investigadores
consolidados y a nuestros futuros científicos”, pero contará
asimismo con un espectáculo que incluye la presencia de un
divulgador y las actuaciones de artistas.4
-Distintos
órganos de prensa no sólo presentan secciones específicas
destinadas a “Ciencia y Tecnología”, sino que además algunos
han desarrollado líneas periodísticas, no
ya de divulgación, sino incluso de promoción del perfil
socio-profesional del investigador. Se destaca en este terreno del
culto a la personalidad académica “reconocida” (vimos
que incluso la Dirección para el Desarrollo de la Ciencia y el
Conocimiento se adelanta al presente y
reconoce a “futuros investigadores”),
el sesgo que la galardona no sólo con el saber, sino además con el
humor, la simpatía y hasta un lado “light”
pero humano, que disuelve con efecto de “diversión” el
prejuicio con que se presenta, como árido e insulso, el camino de la
ciencia y la tecnología.5
-La
propia emisión televisiva se ha hecho cargo de presentar a los
científicos uruguayos con viso de próceres de la patria. Así
contamos en TNU
(Televisión Nacional del Uruguay) con
el programa Sobre hombros de gigantes,
que
retoma la senda trazada por algunas ediciones de libro, donde se
esbozaba la misma semblanza de epopeya-científica-nacional-uruguaya.6
Ciencia
y Tecnología del sinsentido
Quizás
aporte a la comprensión de cierta
paradoja, que
surge cuando se
contrapone la apología mediática del conocimiento
(que
debiera suscitar tantas unanimidades como exige una finalidad
incuestionable)
al conflicto por recursos, recapitular
algunos episodios que constituyen antecedentes significativos de
una
confrontación aparentemente
sin sentido, al menos, tal como se
encuentra habilitada
la información para
la opinión pública en
los medios de comunicación.
-En
2013 una primera postulación del actual presidente de la ANII,
Fernando Brum, surgida de la
conducción
del propio
organismo, fue cuestionada por cierto entorno del por entonces
presidente Mujica, quien no tuvo empacho en intervenir para dilucidar
un conflicto a
favor propio
en un organismo estatal no autónomo.7
-Un
informe elaborado
por
científicos de la facultad de Ciencias8
que
advertía del riesgo de contaminación, ante
el emprendimiento celulósico
de Botnia sobre el Río Uruguay,
fue cuestionado en
2006 por
medio centenar de científicos vinculados
a la Sociedad de Ingenieros y la Facultad de Química.9
-La
investigadora María Eugenia Jung describe las condiciones
contextuales en que tuvo lugar la creación en
1961
del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICYT)
en el (por
entonces)
Ministerio de Instrucción
Pública. Ese
organismo ministerial se instala poco después de
la obtención de la autonomía legal
por la Universidad de la República y
refleja la orientación de
la primera “carta de intención” firmada
con el FMI, tras
la victoria electoral del Partido Nacional en 1958.
Esta novedad
institucional
traducía la orientación “panamericanista”
que adquiría
la Doctrina de la Seguridad Nacional, formulada por los EEUU en el
marco de la Guerra Fría, en cuanto
el vector
tecnológico pasaba a formar parte, para
aquel país,
de la panoplia militar. La creación del
CONICYT
es vista con buenos ojos, señala Jung, por un núcleo de
científicos uruguayos,
aprensivos
ante
la “politización” que acarreaba la lucha por la Ley Orgánica,
en
cuanto podía significar,
una vez alcanzado el objetivo autonomista, una
limitación
para
la libertad de investigación.10
Tanto
la referencia de Jung a la Doctrina de la Seguridad Nacional en el
marco de la Guerra Fría, como la conformación de un corporativismo
de investigadores, coinciden con la descripción que hace Foucault
del surgimiento de una sinergia
política de los colectivos de científicos en Verdad
y Poder.
El filósofo insiste en que la proyección
política de
los científicos no pasa por
un
ascendiente sobre las masas,
que
se vincularía a la divulgación, ya que de todas formas, teniendo
conciencia o no, las masas están involucradas. Tampoco supone
el
mero efecto de aparatos de clase o de Estado, ya que si bien estos
enmarcan
el desarrollo científico,
connotan ante
todo
la significación estratégica del sector socio-profesional en
términos de poder. Ni
tampoco finalmente
es decisiva
la
ideología
cientificista,
ya que de hecho no todos los científicos la
sostienen,
sino que
por el contrario, debe entenderse
ante todo la reversión
del
significado de la
verdad en vector
político.11
Esta
transformación es
leída por Foucault como
efecto
del nuevo rol de los científicos después de la 2a
Guerra Mundial (en razón de la propia incidencia de la tecnología
nuclear). Desde
la perspectiva de los movimientos sociales nacientes, el
mismo autor la
percibe
como un ariete contra el poder de Estado, así como un
recurso
a preservar de la influencia
de
los partidos,
ante todo la del Partido Comunista. Verdad
y Poder
expresa,
a mediados de los 70', la perspectiva de una lucha contra el poder de
Estado con cierta participación socio-profesional, diferenciada y
revulsiva, de
los científicos.
Sin
duda muchos de los investigadores que firmaron la carta dirigida la
semana pasada al presidente de la República entienden que la
actividad investigativa corresponde a un designio de desarrollo
nacional, e incluso suponen
que la política partidaria y el Estado-nación pueden y quieren
jugar un rol dinamizador y articulador en esa perspectiva. El balance
que hacía Foucault en los 70', en
cuanto sostenía
una vectorialidad socio-profesional de la tecno-ciencia, debe además
comprenderse, al día de hoy, en términos de un proceso de
articulación mundialista, que lo potencia estructuralmente y lo
proyecta hacia un
contexto de globalización.
Sin
necesidad de recurrir a un bagaje téorico que se ha desarrollado
estos últimos años, en particular en torno a la inscripción del
saber tecnológico y científico entre los vectores de la integración
mundialista, la propia lectura de la contienda que se entabló
en el Uruguay días atrás entre
distintos grupos de académicos,
pone de relieve la transformación mundialista que se incorpora bajo
el rótulo
de “desarrollo tecno-científico”.
Ciencia
y Tecnología Empresarial
Un
grupo entre los firmantes de la carta al Presidente Vázquez dirige,
pocos
días después,
un texto de toma de posición ante el debate desarrollado en
pocos días.12
Tras declararse parte de la “sociedad del conocimiento”, los
firmantes desarrollan una descripción de la situación del sector
académico que integran, en cuanto esa situación permanece
incambiada desde
largo tiempo atrás.
Señalan
lo lejos que se está de obtener un financiamiento de la magnitud del
0,1 % del PBI para el sector, la necesidad de multiplicar entre 3 y
10 veces el número de investigadores, así como el costo de la
formación específica
y el alto riesgo de pérdida de
quienes se encuentran habilitados,
una vez que han alcanzado las calidades que se requiere.
Una
vez llegados a este punto del balance, surge un subtítulo del texto
de por sí sugestivo: “Inserción de investigadores e investigación
extra-académica”. Los
autores se interrogan, a continuación, acerca de
la situación socio-profesional de los investigadores, se preguntan
por la viabilidad de la
actividad tecno-científica
en el país y encuentran la respuesta en la inserción de los
laboratorios, "en todo el mundo", en “empresas de un porte
significativo”. El razonamiento que sigue identifica estas empresas
con las empresas públicas del Uruguay, así como con intendencias,
direcciones de ministerios o instituciones como el Instituto Nacional
de Investigación Agropecuaria (INIA). Esta secuencia de organismos
explicita lo que se entendía
por “extra-académico” en
el subtítulo que introducía el pasaje:
se trata de actividad
investigativa
contratada
por el propio personal político y puesta bajo la conducción directa
o indirecta de la órbita partidaria, nunca de la orientacion
académica autónoma.
El
texto no deja de apelar una vez más a una campaña de opinión
pública destinada a persuadir indirectamente al estamento
partidario, a través de la difusión
de
las bondades de la actividad científica para el país, con
el fin de obtener
los recursos necesarios (es decir,de habilitar “Ciencia y
Tecnología" como ítem de plataformas político-electorales). Por
último el planteo
no deja de cerrarse subrayando la cooperación posible que se
evidencia, según los firmantes, en un contexto de conciliación de
intereses.
Muy
distinta ha sido la opinión del Rector Markarián con relación a
esta coyuntura abierta por la carta al presidente de la República.
Tras señalar que personalmente no firmó la carta en razón de la
investidura de Estado que ocupa, Markarián subrayó que el
presupuesto de la universidad sólo creció significativamente en el
primero de los tres períodos de administración frenteamplista,
mientras por otro lado la UTEC no logra despegar en número de
estudiantes, circunstancia que sigue sumando matrícula a la
Universidad de la República. Esta última observación es clave:
incluso en aras de un proyecto tecnológico, los aparatos estatales
pro-empresariales no logran cautivar la demanda estudiantil.13
Quizás
porque un saber puesto al servicio de una empresa, sea esta nacional
o privada, no dejará de articularse con el criterio del efecto
inmediato que sostiene toda empresa, por su propia índole vinculada a
la gestión de recursos, a los intereses de los clientes y a la
obtención de ganancias. ¿Podrían las empresas públicas, por
ejemplo, brindar una alternativa al
respecto,
cuando el propio Estado acaba de firmar
un acuerdo por el que sujeta el
destino de
la inversión pública, a iniciarse desde ya, a la decisión futura
de una empresa extranjera?14
1“A
trop vouloir démontrer, on finit par démontrer le contraire”.
2“Carta
abierta de los investigadores al Presidente Dr. Tabaré Vázquez”,
Voces (23/11/17) p.2.
3“La
posición de la ANII” La
Diaria
(22/11/17)
https://ladiaria.com.uy/articulo/2017/11/la-posicion-de-la-anii/#!
41a.
Jornada de Reconocimiento a la Ciencia, MEC,
http://www.mec.gub.uy/innovaportal/v/105825/2/mecweb/1%C2%BA-jornada-de-reconocimiento-a-la-ciencia-%E2%80%93-juntos-en-desarrollo-e-investigacion?search=yes
5Slonitsky,
D. “¿Quiénes son los científicos más sexies?” El
Observador
(25/11/17)
https://www.cromo.com.uy/quienes-son-los-cientificos-mas-sexies-n1145166
6“Sobre
hombros de gigantes” TNU
http://tnu.com.uy/contenidos/sobre-hombros-de-gigantes/promo_9818
7“Batalla
política en la designación del presidente de la ANII”, Uypress
(18/04/13) http://www.uypress.net/auc.aspx?39424
8“La
uruguaya Universidad de la República advierte el impacto negativo
de la instalación de las pasteras” Zoom
(2/06/06)
http://revistazoom.com.ar/la-uruguaya-universidad-de-la-republica-advierte-el-impacto-negativo-de-la-instalacion-de-las-papeleras/
9Viscardi,
R. “Narciso en el espejo de La Haya”, Compañero,
http://www.pvp.org.uy/viscardi6.htm
10Jung,
M. “La UDELAR y la creación del CONICYT: debates y conflictos
(1961-1964)” Revista
Encuentros Uruguayos,
Vol. 1, No. 1, Diciembre 2013, pp.32-49.
http://www.academia.edu/6803352/La_UDELAR_y_la_creaciC3%B3n_del_CONICYT_debates_y_conflictos_1961-1964_
11Foucault,
M. (1979) “Verdad y Poder” en Microfísica
del poder,
Ediciones de la Piqueta, Madrid, p. 187
http://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2014/12/doctrina39453.pdf
12"¿Por
qué más de 1000 investigadores firmaron una carta abierta en menos
de 24horas? La
Diaria
(25/11/17)
https://findesemana.ladiaria.com.uy/articulo/2017/11/por-que-mas-de-1000-investigadores-firmaron-una-carta-abierta-en-menos-de-24-horas/#!
13“Markarián:
en el tercer gobierno del FA cayó la inversión universitaria”,
El
Observador (27/11/17)
https://www.elobservador.com.uy/markarian-el-tercer-gobierno-del-fa-cayo-la-inversion-universitaria-n1145811
14Ver
en este blog “UPM-ROU: Agradecimientos”
http://ricardoviscardi.blogspot.com.uy/2017/11/upm-rouagradecimientos-2.html