Sartori
y el síndrome electoral UPM: del candidato-probeta al
candidato-tarjeta
2a.
quincena, junio 2019
El
candidato-probeta1
ya no da la talla. Por más que su arquetipo sea el científico, el
ideal de la ciencia es “demasiado humano” -como lo señalara
Nietzsche- y termina por pergeñar, literalmente, un Frankenstein
literario. El paso del candidato-popular al candidato-probeta es un
paso progresista, mientras que el paso del candidato-probeta al
candidato-tarjeta es ultraprogresista y provoca un efecto de tarjeta
empresarial: ser candidato es ser empresario. De ahí que el
ultraprogresismo invierta económicamente en el paso inverso, del
empresario al candidato, causando pánico electoral entre quienes no
dominan el plástico, cuando cunde votar por una tarjeta.2
Todas
las demás posibilidades excluídas por
preferencia pre-determinada
(“default”),
cabe votar por el acceso electoral a la tarjeta, como contraseña
infaliblemente pública, ya que no existen códigos estructuralmente
secretos (Derrida dixit).3
Todo es público en la tarjeta MedicFarma, a condición de que se
vote a un candidato públicamente empresario: el candidato-tarjeta.
Conviene al respecto considerar que las razones que argumentaron los
parlamentarios que se dicen opositores al proyecto UPM2, ante la
delegación que sostenía la petición contra UPM24
en la Comisión de Constitución y Códigos de Diputados, son
idénticas a las que difunde el candidato-tarjeta, en cuanto al
efecto público electoral.
El
argumento esgrimido por Pablo Iturralde, Pablo Abdala y Ope Pasquet
fue, en efecto, que si se votara a sus respectivos partidos en las
próximas elecciones nacionales, se evitaría lo peor del acuerdo
UPM-ROU que subroga la soberanía nacional, e incluso, que UPM2 no
se instalaría, ya que según la opinión de Pasquet “ninguna
empresa seria osaría instalarse con un gobierno opuesto al
proyecto”.5
Es decir, para impedir que UPM2 se instale debemos votar, por
ejemplo, a Iturralde, a Abdala o a Pasquet. Ahora, sucede que si la
cuestión legal de la que trata la Comisión de Constitución y
Códigos, queda desafectada como opción para impedir la lesión
pública que supondría UPM2 -tal como surge de las actuaciones de la
misma comisión parlamentaria, pareciera que la opción política no
debiera reducirse a la alternativa electoral a UPM, ya que podría
consistir más humildemente en declarar “UPM2-NO” (por ejemplo).
Tal declaración es precisamente la que excluyen (como por “default”)
todos los partidos políticos que -según Iturralde, Abdala y
Pasquet, se nos dice que llegarían a impedir que se instale UPM2.6
No
fue ese recurso tan simple, tampoco, el que esgrimieron los
representantes de la Unidad Popular y del Partido Independiente,
sino idénticos alegatos proclives a formalizaciones institucionales.
El primero afirmó que de votarse el juicio político al Ejecutivo
que se propugna por petición, su fuerza política lo votaría
afirmativamente, mientras el segundo se refirió a la lucha contra la
partidocracia en el ámbito de la partidocracia, estrategia que sume
en la perplejidad al más conspicuo demócrata.
Sartori
nos dice, tarjeta en mano, que empuñemos la credencial ante la urna
para llegar a introducir el plástico en otra ranura, según los
representantes del Frente Amplio en la Comisión de Constitución y
Códigos, el mismo camino lleva por el Frente Amplio fatalmente a
UPM2, mal que le pese a toda razón de movimiento social que no suene
a razón social de empresa transnacional. Los representantes de esa
coalición elogiaron, en ese ámbito parlamentario, la amplitud de
que hace gala el frenteamplismo al escuchar a los movimientos
sociales, mientras impulsa incondicionalmente la instalación de la
3a. Mega-pastera. Tratándose del partido de gobierno no puede dejar
de notarse, tal como lo estampa la foto difundida oportunamente,7
el grado absoluto de su amplitud mundialista, desde que las túnicas
varelianas de ayer enarbolan desde ya, bajo administración
frenteamplista, la sigla educativa UPM del futuro contrato que
estampará la empresa-país.8
Muchas
de nuestras tarjetas codificadas públicamente, por ejemplo, las
emitidas por el Banco República, también llevan el logo de una
corporación empresarial internacional, ya sea VISA, MASTER-CARD o
DINERS. El logo mundialista endosado empresarialmente no obedece, al
frente o al dorso de la tarjeta, a mera afiliación icónica, sino a
la condición estructural (el link universal) de un mercado
total. Esta totalización por vía de la conexión informática
constituye un totalitarismo empresarial, que excluye (default)
todo lo que el código no incluya bajo plástico de tarjeta pública.
¿Llevará
la tarjeta MedicFarma de Sartori también el logo de UPM o será la
tarjeta electoral UPM del Frente Amplio la que endose el logo MedicFarma de Sartori? A usted, amable y paciente lector/ lectora
de votar por un logo u otro, o de dejar de votar por/contra una u
otra tarjeta, sabiendo desde ya, que se trata de la misma.
1Ver
en este blog “Tragedia
progresista: Frankestein no votó al
cantidato-probeta” http://ricardoviscardi.blogspot.com/2009/10/tragedia-progresista-frankenstein-no.html
2“Sartori
ya reparte la tarjeta MedicFarma, que dice que será válida cuando
sea presidente” Montevideo
Portal (14/06/2019)
https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Sartori-ya-reparte-la-tarjeta-MedicFarma-que-dice-que-sera-valida-cuando-sea-presidente-uc721403
3Derrida,
J. (1972) Marges, du Seuil, Paris, p. 375.
4La
petición corresponde a un amplio espectro de movimientos sociales.
Ver “Petición Ciudadana UPM2 No” Grupo
Guayubirá,
http://www.guayubira.org.uy/2018/08/peticion-ciudadana-upm2-no/
5Ver
al respecto Sarthou, H. “Acta de nuestra entrevista con la
Comisión de Constitución y Códigos de Diputados” La
página sin nombre,
https://www.facebook.com/ciudadaniacriticasinnombre/posts/1044189375790986
6La
única formación política con representación parlamentaria que se
ha pronunciado inequívocamente contra UPM” es Unidad Popular.
7Ver
Movimiento Ciudadano UPM2 NO
https://www.facebook.com/groups/1787467327942458/
8Ver
al respecto Bolón, A. “UPM y la enseñanza pública uruguaya”
Brecha
(14/06/19)
https://brecha.com.uy/upm-y-la-ensenanza-publica-uruguaya/