UTU[1]:
Uruguay Trabaja en la Universidad
2ª
quincena septiembre 2012
El presidente Mujica
nos ha ilustrado ayer mismo inequívocamente acerca de lo que entiende por
educación, al subordinar en el concepto -antes que por designaciones de jerarquías
institucionales, la condición académica al saber técnico[2].
En cuanto la autonomía universitaria no sólo es administrativa sino también
electoral, la ley se interpone en el camino del designio presidencial, impidiéndole
completar esa ejecutoria que supedita, en la educación, el saber intelectual a
la aplicación técnica. Sin la interposición de la norma legal que consagra la
autonomía universitaria no sólo administrativamente, sino también
electoralmente[3],
probablemente nos encontráramos de buenas a primeras con un docente de la enseñanza
técnica ocupando el cargo de Rector de la Universidad de la República.
Ares Pons ha señalado
el abuso de lenguaje que supone la denominación Universidad del Trabajo, con la que se designa la capacitación
educativa destinada a la actividad técnica[4].
En el propio concepto de ese autor, tal abuso de lenguaje no significa
irrisión, como ocurriría si se destacara alguna indignidad, al emplearse un término
jerárquicamente superior a la condición que se designa. En verdad se trata de
un abuso de lenguaje que pone en evidencia una redundancia universitaria, en
cuanto no se ve como el trabajo podría ser un objeto del propio conocimiento universitario
sin desinvertir, por tal objetividad estrafalaria, la misma condición del
sujeto universitario. Por la misma
formalidad del tercero excluido, si la universidad pudiera ilustrarse en el
trabajo, éste debiera serle ajeno en su condición de objeto del saber: ¿qué
sería un saber ocioso?
Por el contrario, la
expresión “ocio noble”[5]
connota sin lugar a dudas que incluso el ocio gana en dignidad cuando se dedica
al saber, en cuyo caso abandona aquella denostación monacal según la cual “el
ocio es la madre de todos los vicios”, para cultivarse en la nobleza de un
saber interrogado desde su propia inquietud activa. En efecto, en su raíz griega
la actividad de mirar requería, ante el escenario teatral tanto como de cara a
una competencia atlética, la consideración de un designio sagrado, cuya
comprensión exigía, a su vez, privarse de una actividad inmediata para
dedicarse a una mayor, destinada a compenetrarse con el propio destino de un demos.
No sólo en el teatro
contemplaban los griegos la tragedia del destino humano ante los designios
divinos, sino que en los propios juegos olímpicos el término teorós designaba a los enviados de una
ciudad ante los juegos que tenían lugar en otra, con la misión de no incluirse
en la competición, de manera que al retornar a la ciudad de origen relataban, con propiedad de observador abstenido
de involucramiento parcial, lo divino que acontecía en una actuación atlética.
Tanto el término “teatro” como el término teorós
provienen de theorein, que les asigna
la misión de un mirar activo, ubicado sin embargo en cierta templanza que le
sirve de marco para con-templar, para mayor provecho de alcance, en la
“teoría”: ver considerando[6].
Separar la educación de la teoría significa, por lo tanto, privarse de
proyección de horizonte, que no podrá desde entonces encomendarse a una
inteligencia ajena a la propia actividad penetrante de un mirar.
Esta incorporación del
trabajo al intelecto ganó en relieve y significación propia, al ser incluida por la teología cristiana la materia en el propio designio divino, de manera que la índole terrena no permanecía ya, como la khorá
griega, disgregada como simple dispersión de lugares ocupados por una forma en
actividad. La materia cristiana cumplía en su resistencia al trabajo el
cometido de señalar la huella del designio divino, mediación entre la condición
terrena y la inspiración espiritual que propendía al cumplimiento del Plan
Divino sobre la tierra. Esta dignificación cristiana del trabajo como mediación, en tanto hacedor de marcas de elevación espiritual, hizo posible la
diferenciación entre técnica y sentido, que para los griegos se encontraban
estrictamente vinculadas a través de la junción indisoluble entre forma y causa
–por ejemplo en la técnica retórica. De esta manera, el vínculo entre trabajo y materia provee, a partir de la teología cristiana y a través de la civilización
monacal en particular, el lugar relevante que ocupará la técnica en nuestro
universo antropológico, en tanto instrumentación portadora, en sí misma y por su propio ejercicio, de
valores trascendentes a la mera aplicación provechosa.
Tal incorporación de
la técnica en un ámbito que la supera y proyecta, continúa vinculada al trabajo en particular para Leibniz[7],
en la metafísica clásica de occidente. Para el autor de la Monadología, la
técnica propende exclusivamente al cumplimiento de una meta representativa de
la mónada, sin por eso separarse del trabajo, sobre todo si se considera que la actividad representativa consiste, para Leibniz, en la expresión
desiderativa de la misma representación, que la mónada cumple por sí misma en
aras de una armonía preestablecida.
Lejos de separarse del
organicismo decimonónico y del cumplimiento progresista en el proyecto
positivista, tal inscripción de la técnica en el trabajo del saber supone,
según Canguillehm, una recuperación de la metafísica a través del término “organismo”,
que el propio Leibniz retomara de Aristóteles[8].
Nunca la solución
intelectual de la cuestión de la técnica y del trabajo la separó del saber, que
las incorpora por igual y envuelve, en el proceso de su propio despliegue y
proyección. A no ser en las declaraciones del Presidente Mujica, que no debemos
olvidar, quizás por la caridad del conocimiento cara a Quine, de considerar en
aquel rango de “filósofo”, al que accediera por versiones de periodistas de
prensa televisiva[9].
La propia teoría nos
induce a considerar, en este punto, toda la amplitud de nuestro propósito con
relación a la opiniones conceptuales del titular del Poder Ejecutivo. En
efecto, si la condición “filósofo” es asignada con cierta felicidad mediática por
una versión destinada a un amplio espectro de pertenencias (sociales,
culturales, económicas, etc.) entre la población, entonces obedece al mismo
orden de determinaciones que lleva, por ejemplo en el caso del mismo Mujica, a
ser electo a cargos públicos por
mayorías ciudadanas.
Como lo señalábamos
recientemente, ese criterio perfora la delegación partidaria representativa de
una organicidad programática, en cuanto el
nexo promedial entre las encuestas de opinión y los medios de difusión,
promediado a su vez por los índices de escucha de los distintos medios masivos,
determina la condición pública[10].
Es decir la condición de “filósofo” tanto como la de “presidente” queda
subsumida en un cotejo de índices que en última instancia, no se sabe a quién corresponden
que se responsabilice como instancia, ya que pueden tener instrucción empresarial,
tecnológica, internacional, etc. (como lo viéramos, por ejemplo, en las
campañas de popularidad mediática emprendidas en su momento por Botnia al
instalarse en nuestro país).
En tal caso, así como
muchos se vieron llevados a confundir el interés nacional con el transnacional
de una empresa, pudiera ser que otros tantos hayan confundido el sesgo
mediático, que desde siempre caracterizó al MLN-Tupamaros, organización en la que se ilustró el
propio Mujica hace 40 años[11],
con una perspectiva popular y reivindicativa de las mayorías. La proveniencia
de una habilidad propagandística podría, en este caso, llegar a separarse de la
inspiración liberadora de aquella organización, en aras de preservar un lugar
al sol del Estado, renuncia estratégica mediante.
Sin embargo, en este punto en que pareciéramos
atados a una fatalidad encuestada y encuestadora, la propia metástasis
compulsiva de la compulsa se autocorrige en sus extremismos idiosincráticos –por
ejemplo el que conduce a confundir demagogia chabacana con reivindicaciones
populares, por cuanto la notoria caída en los índices de popularidad del propio
presidente en ejercicio, podría imputarse tanto a su desempeño como a una
penetración mayor, por parte de distintos sectores de opinión, respecto a una
figura desgastada de la popularidad. Particularmente en cuanto los medios
masivos, por su propia constitución empresarial, tienden a explotar estrategias
de difusión, que quizás ayer levantaban lo mismo que hoy se complacen en socavar.
En una debacle
mediática generalizada, poco queda por recuperar de valía ciudadana, como no sea
una renuncia, que viene de protagonizar el máximo responsable de la Educación
Secundaria en el Uruguay[12].
Los términos del proceso educativo bajo la actual administración, superan en su
conjunto ampliamente dimisiones personales y necesariamente conducen, más allá
de obscenas permanencias atornilladas al mamarracho, a la “irrenunciable renuncia”[13]
que venimos anunciando desde hace ya buen tiempo. Teoría universitaria mediante
y no sin darnos bastante trabajo, particularmente, universitario.
[1] La sigla “UTU”
abrevia la denominación Universidad del
Trabajo del Uruguay, cuya misión educativa se incluye en el tramo final de
la enseñanza secundaria uruguaya, en la rama destinada al ejercicio técnico
especializado.
[2] “Renunció el
presidente del CODICEN ante fuertes rumores de que Mujica haría cambios” La Red21 (13/09/12) http://www.lr21.com.uy/politica/1060204-renuncio-el-presidente-del-codicen-ante-fuertes-rumores-de-que-mujica-haria-cambios
[3] En el Uruguay
las elecciones universitarias tienen condición nacional, encontrándose supervisadas
por la Corte Electoral, organismo que proclama, con independencia de todo poder
de Estado, los resultados de los
comicios correspondientes.
[4] Ares Pons, J.
(1995) Universidad: ¿Anarquía Organizada?,
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Montevideo, pp.78-79.
[5] Rodó, J. (1959)
Ariel y Parábolas, Elite, Montevideo,
p.32.
[6] Ferrater Mora,
J. (1986) “Teoría” en Diccionario de
Filosofía, T. 4, Alianza, Madrid, pp.3221-3223.
[7]Leibniz, G. W. (1954)
Principes de la Philosophie ou Monadologie, PUF, Paris, p111.
[9] Ver en este
blog “Mujica contra la filosofía: la desobediencia civil presidencial” http://ricardoviscardi.blogspot.com/2011/06/mujica-contra-la-filosofia-la_7065.html
[10] Ver en este
blog: “Voto en blanco: el candidato-probeta en atmósfera de red” http://ricardoviscardi.blogspot.com/2012/08/votoen-blanco-el-candidato-probeta-en.html
[11] El MLN extendió
el principio foquista de “propaganda armada”, de índole presencial (tomas de
pueblos, combates en medio campesino) a los medios de comunicación masivos,
encomendándoles la difusión de sus acciones por la vía adversativa. Esa
estrategia fue a su vez recuperada por la publicidad empresarial, por ejemplo de
la Volkswagen, que anunciaba la calidad de sus camionetas Kombi aduciendo que “la usan los tupamaros”.
[12] “Nos vamos
poniendo tecnos” La Diaria (14/09/12)
http://ladiaria.com.uy/articulo/2012/9/nos-vamos-poniendo-tecnos/
[13] Ver en este
blog “El Pre-presidente y la Re-signación presidencial” http://ricardoviscardi.blogspot.com/2011/09/el-pre-presidente-y-la-re-signacion.html