Estado-probeta:
la fórmula Poli-dE evalúa los DDHH
1ª
quincena diciembre 2013
¿Cómo no sospechamos
que la ecuación genética del candidato-probeta[1]
terminaría por enunciar la fórmula Poli-dE=DDHH (donde Poli-dE se lee "políticas de Estado")? ¿Cómo no
sospechamos que el proyecto de esterilización de los “filósofos de la sospecha”
(Nietzsche, Marx, Freud) iba a instalarse a través de la sospecha del evaluador?
¿Cómo no sospechamos que la sospecha iba a ser evaluada por el Estado? ¿Cómo no
sospechamos que toda evaluación ipso-norma-iso-2000 conduce al Estado-probeta? ¿Cómo
no sospechamos que una vez puestos bajo sospecha de evaluación los derechos de
los humanos debieran pasar por el control de calidad del LATU (Laboratorio Tecnológico del Uruguay)?
En su intervención en
el Coloquio Ciudadanías Contemporáneas.
Cuestionamientos y Escenarios[2]
Bertrand Ogilvie se refirió a la Declaración de los Derechos del Hombre y el
Ciudadano, como se sabe, ligada al momento fundacional de la revolución
francesa.[3]
Ogilvie subrayó que se trató de un documento marcado por la circunstancia
política, ante todo componenda de posiciones dispares entre sí. Sin embargo,
desde el punto de vista del mismo ponente, la condición fundamental del
documento estriba en el “y” que une a “derechos del hombre” con “ciudadano”.
Esa “y” tanto podría ser, desde una perspectiva kantiana, de conjunción
necesaria, como pasar, en una perspectiva hegeliana, a la contingencia de la
conjunción. Esto es: la necesidad de un universo de la historia o la necesidad
de la historia para cualquier universo. El carácter concreto de la historia
desaparecería cuando “La declaración de los Derechos del Hombre y del ciudadano”
pierde la partícula “ciudadano” y se transforma en “Derechos Humanos”, que ni
siquiera tienen necesidad, en adelante, de ninguna conjunción extra-normativa
(ni tampoco ciudadana). Tal pérdida de conjunción genera una moral que se
separa de la actuación política como tal, en cuanto se configura con prescindencia de
las circunstancias concretas que presiden el avatar del común.
Quizás deba entenderse
la perspectiva desarrollada por Ogilvie desde el punto de vista de cierta
sensibilidad vinculada con las ideas de mayo del 68’, una de cuyas máximas
célebres fue “Un derecho no se pide, se usa”. En este caso estamos, cuando se
pergeña una moral institucional de los derechos humanos, ante una curiosa
perversión de aquella perspectiva sobre la norma, que predicaría “Un derecho no
se usa, se controla”.
En el Coloquio Educaçao, Etica e Política na
Contemporaneidade,[4]
que se inició en Rio de Janeiro tan sólo dos días después de finalizado Ciudadanías Contemporáneas, Carlos Ruiz
Schneider señaló que asistimos al despliegue de un proyecto de “Universidad de
la Evaluación”.[5]
Este proyecto sería la prolongación de la “Universidad de la Competencia”, impulsada desde el Banco Mundial a fines de
los años 90’. Menos centrada sobre la selección del mercado y más referida a la
universalidad del modelo, esta “Universidad de la Evaluación” reiteraría en
todos los planos del saber la obsesiva persecución de un parámetro sin anclaje,
idiosincrasia ni autoctonía.
Planteada la pregunta
acerca de la inscripción de tal evaluación universalizada en una universalidad
de estados evaluadores, Ruiz respondió afirmativamente a la presunción,
destacando que se trata de un régimen general de la institucionalidad en los
tiempos que corren, sustentada en matrices elaboradas exnihilo y aplicadas urbi et
orbi en beneficio de un poder globalizado, impersonal y tecnocrático.
Un episodio reciente
subraya en el Uruguay esa perspectiva acerca de la implementación de una
estructura de índole moral, colocada por encima de actuaciones de los
particulares, destinada a hacer valer un control del derecho al control de los
derechos por parte de sus propios habientes. Tal entelequia moral que planea
por encima de los simples mortales, etiquetados en razón de las razones que los
asisten pero que ni usan ni conocen (ni/ni), proyectó sin embargo la sospecha
sobre uno de los propios sátrapas del imperio de la norma, por parte de un
colega de tal colegiatura inmarcesible. En efecto, la sospecha del caso es de sesgo conocido: se supone que el dignatario, en vez de controlar el bien público,
podría aprovecharse de lo público del bien para beneficio privado del interesado.[6]
Confiada a una “junta de
expertos” la norma intangible no deja de unir varios poderes que se suponía
separados (el ejecutivo del judicial, por ejemplo), pero que quizás la
levitación institucional del bien (público) coloca en cierto nirvana, que el
común pone bajo sospecha de hacer política contingente. En cuanto piensa lo que debemos querer hacer,
tal colegiatura no deja de cumplir una pesadilla espectral que sufrió Derrida, al preguntarse
si le confiaríamos concebir la ética a un comité de ética.[7]
Las reuniones que
mantuvo Juan Raúl Ferreira, miembro del Instituto de Derechos Humanos, con
varios políticos, en particular con el expresidente y actual pre-candidato
favorito a la presidencia de la república Tabaré Vázquez, fueron sumando gotas
que terminaron por desbordar el vaso de la normativa de la normativa. Así como
no hay crímenes de lesa humanidad sin usar los derechos de alguien contra ese
alguien, no existe institucionalidad posible de los derechos humanos sin
redoblar los derechos de los humanos que se dice preservar. Ese redoblamiento
debe presentarse como fantasma del derecho de otro, simulación que se escuda en
la intangibilidad de un principio, para usarlo como vara de medida de los
derechos de cualquier otro.
La acusación que se
dirige a Juan Raúl Ferreira se vincula a una forma clásica de la imputación
pública: usar un poder del común en provecho propio, en este caso, de beneficio
político contingente.[8]
Sin embargo, la acusación puede sufrir el accidente propio del paso a nivel, si
el estruendo de un tren esconde el paso de otro en sentido contrario. El
peligro mayor de violación política de derechos en tiempos de “evaluación de
Estado” (pruebas PISA, Instituto de Evaluación de la Educación, Instituto de
Derechos Humanos),[9] no
reside en el aprovechamiento de un bien público para fines propios de un
particular, Juan Raúl Ferreira en este caso, sino en la propia desposesión de
todo particular en tanto sujeto por un Hiperevaluador que ya sabe, antes que ninguno
se dé por enterado, lo que le conviene a cada quien.
Quizás estamos mucho
más cerca de ese Estado evaluador de lo que creemos, ya que las declaraciones
de Juan Raúl Ferreira acerca de la simpatía que le prodiga el precandidato con
más chances aparentes a la presidencia, parecen refrendadas por las propias
declaraciones de Tabaré Vázquez, quien se propondría universalizar per sécula seculórum (pasado, presente y
futuro reunidos) la evaluación de los derechos humanos.[10]
Tendríamos así un gobierno infuso en Instituto de Derechos Humanos, panacea del
bien y réplica normativa del perfil incoloro, insulso e inocuo del
candidato-probeta.
Los filósofos de las
sospecha pueden descansar tranquilos. Habrá mil razones para sospechar por cada
derecho puesto bajo tutela.
[1] El
descubrimiento del candidato-probeta nutrió varios análisis de este blog “Tragedia
progresista: Frankestein no votó al cantidato-probeta” http://ricardoviscardi.blogspot.com/2009/10/tragedia-progresista-frankenstein-no.html
, “Meta(e)-lecciones: el virus-votante
ataca al candidato-probeta” http://ricardoviscardi.blogspot.com/2009/11/metae-lecciones-el-virus-votante-ataca.html
, “Voto en blanco: el candidato-probeta en atmósfera de red” http://ricardoviscardi.blogspot.com/2012/08/votoen-blanco-el-candidato-probeta-en.html
[2] La información sobre
el Coloquio Ciudadanías Contemporáneas (Montevideo 28-30/11/13) se encuentra en
http://coloquiociudadanias.org/inicio.html
[3] Aún no se
publicaron Actas del Coloquio, ni tampoco se encuentra disponible on-line el
registro audiovisual del evento, por lo tanto nuestra retención de memoria se
difunde con las reservas interpretativas del caso.
[4] Coloquio
Organizado por la Universidade Federal do Rio de Janeiro y la Pontificia Universidad
Católica, Rio de Janeiro (2-3/12/13).
[5] Valen para el
propósito de Ruiz Schneider las mismas reservas interpretativas que expresamos
anteriormente.
[6] Uval, N. “Confieso
que me he reunido” La Diaria (4/12/13) http://ladiaria.com.uy/articulo/2013/12/confieso-que-me-he-reunido/
[7] Derrida, J. (1993)
Spectres de Marx, Galilée, Paris, p. 148.
[8] “Juan Raúl
Ferreira se reunió con Tabaré Vázquez y encontró sintonía con el precandidato
del Frente Amplio” Unoticias
(26/11/13) http://www.unoticias.com.uy/2013/11/26/politica/juan-raul-ferreira-se-reunio-con-tabare-vazquez-y-encontro-sintonia-con-el-precandidato-del-frente-amplio/
[9] “Asume el
Instituto de Derechos Humanos” El País Digital
(22/06/12) http://historico.elpais.com.uy/120622/pnacio-647665/nacional/Asume-el-Instituto-Derechos-Humanos/
[10] “Vázquez dijo
que tercer gobierno del Frente Amplio hará foco en DDHH “para hoy” República.com.uy (27/11/13) http://www.republica.com.uy/ddhh-para-hoy/